Por Deyes Sosa
Todo está globalizado, es decir, todo viene y va en verdaderos paquetes, les guste o no a los que tienen que enviar o recibir. La globalización es un conjunto inseparable de situaciones que se encuentran atadas a la realidad mundial, por lo que mucho no se puede hacer para desvirtuar o desactivar esta enojosa situación.
El dengue vino a golpear las puertas argentinas, contagiando y matando a cientos de personas, en especial aquellas que viven en estado de calamitosa pobreza.
La fiebre amarilla también se está reproduciendo en países limítrofes a pasos agigantados, lo que está causando gran preocupación de las autoridades sanitarias que realizan grandes e ingentes esfuerzos por detener la epidemia de estos flagelos s los que creíamos extinguidos.
Ahora nos ataca la fiebre porcina que viene importada de México y parece que ya se internalizó en importantes países de Europa, a través de los vuelos diarios que transportan personas infectadas.
Aquí en Santiago del Estero está próxima a desatarse otra peligrosa epidemia que ataca especialmente a los acreedores y proveedores del Estado. Ya se la conoce como la “hambruna-Zamora” que sería una suerte de enfermedad silenciosa que ataca los bolsillos de la ciudadanía en general.
La falta de pago a numerosos empleados contratados, la carencia de insumos para los hospitales y postas sanitarias, la morosidad en la obra publica provincial -sólo se está construyendo con capitales o fondos nacionales- la falta de pago a contratistas, con obra terminada y a los que tienen obras en mitad de construcción, esta causando alarma entre los santiagueños.
Después que no se diga que no somos originales, pues como buenos observadores ya estamos denunciando un nuevo flagelo instalado en la provincia.
Como no proviene de otras latitudes, digamos que se trata sólo de casos autóctonos y ya se detectaron deudas por más de 250 millones de pesos, entre las documentadas y de las otras que carecen de certificación.
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