Por Roberto Azaretto.
Nunca un Presidente de la Nación manejó con tanta discrecionalidad la selección de los candidatos a legisladores nacionales. Los gobernadores tuvieron que enviar listas de candidatos a la Casa Rosada para que Carlos Zanini con la Presidente descartara y reemplazara a los sugeridos a voluntad, seleccionando solo a levanta manos.
De elecciones internas ni se habló. Sólo la lapicera presidencial con el asesoramiento del secretario Legal y Técnico del que Néstor Kirchenr le decía a Cristina: “Sólo consultalo para preparar los decretos. De política no sabe nada ni conoce territorio”.
Con la postulación de Boudou se abandona la tradición de una fórmula integradora de Buenos Aires y el interior. Hoy el oficialismo postula una fórmula bonaerense. Una, nacida en Toloza, modesta localidad aledaña a la Plata, y un nativo de Mar del Plata. Más audaz que Menem, que incorporó dirigentes de la Ucedé, ahora le da a uno de sus jóvenes la candidatura a la vicepresidencia de la Nación.
Con Mariotto como candidato a vicegobernador humilló a ese felpudo de la política que es Daniel Scioli. Con Boudu le dice al peronismo que hace lo que quiere y por eso postula a estos personajillos sin representatividad. Con ellos van los muchachos de la Cámpora, la nueva juventud maravillosa que milita con puestos rentados, ropas de marca y sin saber ni siquiera quién era Cámpora, el Presidente que fue postulado para renunciar y que se creyó Presidente en serio.
Boudou es un contumaz violador de la ley y de los fallos de la Corte Suprema. Como titular de la Ansses demoró, postergó e incumplió con los fallos para reajustar las jubilaciones o pagar los retroactivos adeudados a pesar de contar con sentencias firmes.
Fue el ideólogo, y ese es el mérito que le reconocen los Kirchner, de la transferencia de los fondos de pensión al Estado, a pesar que los aportantes en un 85 % querían permanecer en el sistema privado. Con la estatización de los aportes de los trabajadores, la situación de los jubilados no mejoró. Se vetó la ley del Congreso que efectivizaba el 82 % móvil.
Es el responsable de la toma de fondos del Banco Nación restando dinero para financiar la inversión privada y, con Marcó del Pont, del emisionismo del Banco Central que realimenta la inflación.
No se puede obviar sus fracasos para refinanciar la deuda con los gobiernos europeos que integran el Club de París, lo que impide el retorno a los mercados y la baja de la tasa de interés. En el mundo económico es considerado poco sólido acompañado por un equipo de tercera.
El kirchnerismo ha demostrado su escasa consistencia. Depende sólo de Cristina para no derrumbarse como un castillo de naipes. Está rodeada en el anuncio de personajes vinculados al saqueo como Hebe de Bonafini, agentes iraníes como Luís D’Delia y el gran cajero y ladrón Julio de Vido.
Entre ellos estaba el gobernador de la provincia que acaba de humillar a su pueblo postulando la reelección de los levanta manos y mudos de sus diputados. Claro, si el pueblo tiene vocación de servilismo, la culpa no es sola del tiranuelo de turno.
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