Por Guillermo Cherashny, del Informador Público.
Vocación de políticos kirchneristas por intervenir en las internas de los dos clubes. |
Este último se habría quedado con una parte sustancial del producto de la venta de jugadores de River. Boca no está en la misma situación límite de River pero, al empezar el campeonato próximo, se ubica muy cerca del descenso. Esta situación comenzó luego de la muerte de Pedro Pompilio, que fue reemplazado por el kirchnerista Jorge Ameal, apoyado por el sindicalista oficialista Roberto Digón. En los últimos dos años, esta situación llevó a Boca a perder seguido en la Bombonera y a protagonizar malos campeonatos.
La destrucción
Es que el kirchnerismo no se conformó con intervenir sólo en la vida interna de los partidos políticos para dividirlos y cooptar gran parte de sus dirigentes. No podían quedar a salvo de esta voracidad clubes tan populares como River y Boca. La intención final era contar con presidentes de los clubes amigos del gobierno para que sirvieran de soporte al triunfo K en las elecciones de Capital, que siempre le fueron adversas a los K.
Un gran obstáculo para estos planes era la gestión exitosa de Mauricio Macri en el club de la ribera, con varios campeonatos ganados. Apenas el jefe del PRO ganó la elección como Jefe de Gobierno, la Casa Rosada se propuso rapiñar la herencia de Macri en Boca a través de Digón y el diputado Carlos Kunkel. Éstos lograron el apoyo del prestigioso Carlos Bianchi, que estaba resentido con Macri. Así fue que, gracias a Ameal, empezó la destrucción de Boca Juniors. Pero antes, como vimos el domingo pasado, destruyeron a River Plate.
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