sábado, 16 de enero de 2010
¡Último momento! La salud está de paro en Santiago
Voces de la manifestación
Salud: el peor momento de la historia
¡Estúpidos, es la salud!
viernes, 15 de enero de 2010
Las minorías intolerantes
Se definen religiosas un 70% a nivel mundial y un 80% en América latina, nos informa Marita Carballo en su excelente “El índice de la felicidad” que
jueves, 14 de enero de 2010
La crisis sanitaria jaquea al gobernador de Santiago del Estero
Tras haber sido recientemente denunciado ante la OIT por los trabajadores de la salud, ahora el radical K Gerardo Zamora recibió la renuncia en pleno de toda la cúpula del principal hospital provincial.
Periodismo
miércoles, 13 de enero de 2010
“El santiagueño siente un reproche por quien lo gobierna”
Disparó: “Por más que los medios de prensa de la provincia se afanan en brindar la imagen de una provincia diferente (porque están cooptados, por no decir comprados, por el gobierno de la provincia), somos los santiagueños quienes soportamos las consecuencias del alto grado de corrupción y la inexistencia del régimen republicano, todo lo que hace que la democracia sea una expresión meramente farisaica”.
martes, 12 de enero de 2010
Nony Abdala: la candidata peronista
Se desacata la tropa kitlerista
lunes, 11 de enero de 2010
Yuyo
(Tomado de su libro "Libro").
Los transplantes de Sandro
Eduardo José Maidana
“La espina en la carne” (C.G.Jung)
El Incucai venía invicto. Su seriedad se impuso al escepticismo. Ganamos todos. Ni una duda. En un universo harto sospechado y sospechoso como el de la salud, era el milagro de la coherencia ajustada con estrictez espartana a los cánones y protocolos. Hasta que el universo mediático metió las patas Y todo se enturbió: Sandro debía saltar (bramaba la presión) al primer lugar aunque fuese al costo de pisotear a varios miles de pacientes en paciente espera, y que lo de más aquí y lo de más allá.
Y lo que es peor: al precio de erosionar a una institución cuya seriedad a muerte nos aseguraba que trabaja por la vida, es decir que en ella ni se vende ni se compra ni hay tu tía que valga. Claro, se olvidaba que hace un par de años Sandro no estaba en el primer lugar y, por eso, no fue trasplantado.
Esos cánones y protocolos internacionales establecen cuando y quienes no son viables a la posibilidad de trasplantes. No hay caprichos. Salvo en el reino de la intolerancia de las minorías - ¿nos damos cuenta de este fenómeno? -, cuando, y esta es la condición sine qua non, esas minorías son una “mercadería-espectáculo” vendible para lo cual deben ser susceptibles de farandulizar. Entonces, las instituciones incluido el matrimonio, no cuentan. Que de gobernantes a políticos y jueces para abajo, temblando adoren los quince minutos de popularidad que administran los medios es lo que importa.
En “Sueños”, C.G. Jung, propone un modo de ayudarnos en nuestra responsabilidad institucional. No de ayudarle al Incucai, sino de ayudarnos en él. Previo es entender que una institución de bien público y en los niveles que fuesen, es resultado y fruto de lo mejor que cada uno tiene. Claro que nadie puede dejar afuera “las sombras”, el lado oscuro que portamos. Y proa adelante con lo mejor nos hacemos mejores, en este caso en y por el Incucai, la biblioteca o iglesia del barrio, el club social, el comedor o guarda que auxilia desprotegidos, en fin, la lista suma y sigue.
A condición de que aceptemos la “espina en la carne” de no ser perfectos, sinceridad que nos mandará a buscar ser “completos.” Es decir, renunciar a la artería del zaino y al trompeta en el ladino que llevamos adentro. Que la institución no sea un “baile de disfraces” con saraos periódicos al que vamos con “trajes de perfectos” (Jung) indicará que la “espina en la carne” es eficaz. Podremos entonces, y recién, descubrir que en ella nos queremos y respetamos a nosotros mismos y a los otros y que por eso, nada más, merece la institución el minucioso cuidado de sus formas que son un modo de amar.
Esas formas: estatutos, reglamentos y demás, fueron pensadas para que la institución nos sobreviva y cumpla sus objetivos. En ellas quedaremos. La memoria legislativa acusa a quienes la deshonraron, la universitaria a los que defraudaron sus fines, la sindical a los que vaciaron su sentido, es decir, la institución vive, hay un dinamismo enella. Los viejos pueblos herederos de los godos, otros de los britanos, aquellos de los normandos, nórdicos o celtas, de los griegos y romanos y sajones o germanos, atesoran tales legados visibles en edificios, templos, viviendas, música, costumbres y usos y en venerables instituciones. En la cultura, dicho de una vez.
Hasta hace poco, nadie quería destruir nada. A las barbas del “progresismo” europeo Pilar Rahola, catalana mujer y media casi dos, laicista voz en cuello gritó porque la izquierda suprimió el nombre de Navidad y Semana Santa del calendario. Se llamarían “de Invierno” la primera y “de Primavera” la segunda. Vivo con mi laicismo en una cultura de más de mil años y estos tontos, dice poco más o menos, creen que pueden suprimirla privándome de mis pesebres, ceremonias y los mimos del ágape.
Me recordaba a Edgar Morin (Pensar Europa) que rechazó la cultura forjada en dos mil años y se zambulló en la que prometía el marxismo. Decepcionado, hijo pródigo volvió con las manos vacías a repensar lo rechazado. Viaje permitido por las instituciones que lo aguardaron con paciencia. La tendencia argentina a destruir las instituciones podría ocultar resabios anarquistas: ni estado, ni gobiernos, ni clases sociales, fue su bandera. Destruir todo la consigna. Claro que en nuestro caso vendría de dos vertientes: el populismo no hace mucho aquí casoriado con el utopismo dogmático de original signo cristiano (montoneros), y de inicial signo troskista, luego stalinista (erpianos)
Aclaro, por sí, que hablo del anarco-troskismo como perfil o mentalidad. Incluso como sueño. La manía de la “revolución permanente” es un dato. La natural, pacífica y trabajosa evolución no tiene mercado. Ni pantalla, ni páginas, ni micrófonos. Es aburrida, luego, invendible. En su nombre hay que arrasar y, sobre la nada, vivir la utopía que en este caso es propiamente el “no-lugar”. Los comunistas imputaban al troskismo la virtud de destruir lo que tocaban y, como ven, ese diagnóstico, quizás al gusto del stalinismo, tienta mi experiencia.
Proceso que Victor Massuh disecciona en “Nihilismo y experiencia extrema” (1975) En la derecha es la mentalidad de Adán Gorozpe: barrer el mal (delitos, drogas, política, prostitución, homosexualidad) junto con el hombre en la equívoca novela de Carlos Fuentes reciente, llevándose puestas a las instituciones. Los extremos siempre se tocan.
En las instituciones nos buscamos para encontrarnos con el otro. Sin el otro somos incompletos. Respetarlas y cuidarlas es cuidarnos y respetarnos. Si se alejan los custodios severos vendrán los aventureros o a los chapuceros, igual que en la política. ¿Podemos darnos ese lujo? Quizás, golpeando en el rojo vivo sea la hora de ratificar a muerte las instituciones, y anunciar que nunca más alguien será más igual que nadie. Y que unidos, “somos más que vos”, dicho al rey (al poder que fuese) en la declaración de los fueros aragoneses, si la memoria no me juega una mala pasada.
Olvidaba que Sandro estaba en un tris de desfallecer definidamente. Sin margen de espera. Y aún así, el debate institucional trascendió a los medios, lo cual mide al Incucai en la preocupación institucional que dejamos de lado en el diario vivir social y político. La agenda de esta institución no puede confeccionar la alharaca farandulera de los medios. Las preguntas saltan a la cara: ¿estaba en condiciones?, siempre se temió que no. ¿Los medios que hicieron la agenda, y el espectáculo necrológico y la profanación?
domingo, 10 de enero de 2010
Los Kirchner, Redrado y el “relato”
Rogelio Alaniz
Sólo los Kirchner son capaces de transformar a Martín Redrado en un dirigente político popular. Si continúan en esa línea, Redrado no sólo va a ser el futuro ministro de Economía que todo dirigente opositor querrá sumar a sus filas, sino que, además, puede llegar a ser un presidenciable. Lo que hicieron con Cobos hace un año y medio están a punto de hacerlo con Redrado. Creer o no creer, los Kirchner se han transformado en la más formidable maquinaria promotora de dirigentes opositores. Su torpeza, su prepotencia o su vulgaridad para concebir el poder es capaz de producir esta suerte de milagrería política.
Cuando finalizaba el 2009, los analistas políticos auguraban un año tranquilo. Es más, los opositores temían una resurrección del oficialismo montado en las olas de la renovada bonanza económica. Error. El 2010 apenas ha cumplido una semana y los Kirchner se encargaron de demostrar que si no hay problemas en el horizonte ellos se ocupan de fabricarlos, en menos de lo que canta un gallo.
Tan interesante como la habilidad para crear tormentas sin que haya una nube en el aire, es el talento que disponen para manipular las palabras. Ahora nos venimos a enterar de que el señor Redrado es de derecha, uno de los voceros preferidos del neoliberalismo y, por supuesto, un gorila de pelo en pecho. Durante los últimos cinco años, Redrado parecía ser la encarnación misma del sentimiento nacional y popular, una suerte de peronista de base, combativo y revolucionario. Un entredicho, y se transforma de pronto en el economista colocado cómodo a la derecha de Milton Friedman, en un agente del capital financiero internacional y en un heredero en línea directa de
Lo más lindo de todo es que Redrado siempre fue lo que fue, un operador económico más o menos talentoso que prestó sus servicios “técnicos” a Menem, Duhalde y Kirchner sin ser peronista y sin engañar a nadie respecto de sus creencias económicas. Tan leal ha sido Redrado a sus convicciones, que él mismo ha contado que cuando se produjo el Golpe de Estado del 24 de marzo, repartió volantes en el hall de
A decir verdad, los Kirchner tampoco se engañaron con Redrado. Sabían que era de derecha y en homenaje a esos méritos lo colocaron en el lugar indicado. Si la sensatez les indicó que para asegurar la credibilidad financiera era necesario poner en el Banco Central a un señor como Redrado, la vocación de poder, tal como ellos lo conciben, ahora les dice que es necesario disponer de unos seis mil millones de dólares para arreglar algunas cuentas externas y poder seguir haciendo política. O lo que ellos entienden por política.
Con los Kirchner conviene ser claros, no tanto por ellos como por aquellos que suelen dejarse seducir por sus cantos de sirena o de pingüinos. Para la pareja gobernante, el populismo en sus versiones autoritarias es fundamentalmente un proyecto de poder. La economía importa, pero está subordinada a la ambición de poder. Traducido a nuestra realidad de 2010, para sostener su poder los Kirchner van a hacer todo lo que sea necesario. Y no van a ser las instituciones o las leyes las que les pongan límites.
Así gobernaron a Santa Cruz y así gobiernan a
Freno judicial a los decretazos de la déspota Cristina Kirchner
Aunque los argentinos dicen, con mucha retranca, que su país está permanentemente en crisis, lo cierto es que la tormenta política y judicial de las últimas horas ha hecho tambalearse a las instituciones del Estado. Sobre todo al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, quien ha encontrado la horma de su zapato en una jueza federal que el viernes no dudó en echar abajo los dos últimos decretos de la presidenta. El primero, encaminado a financiar deuda pública con 6.500 millones de dólares de reservas del Banco Central; y el segundo, firmado para destituir al presidente de esta entidad, Martín Redrado, por negarse a ejecutar su orden. El fallo de la magistrada deja claro que son decisiones arbitrarias y de abuso de poder, puesto que el Banco Central es un organismo independiente del Ejecutivo y sólo el Parlamento puede decidir sobre el uso de sus fondos. Redrado fue, por tanto, restituido a las 24 horas, provocando la cólera de Kirchner, que ayer se negó a acatar la decisión y dijo que todo es una «conspiración política y mediática».
El surrealista conflicto entre el gobierno y el banco -que ahora tiene dos gobernadores simultáneos- ha hecho saltar las alarmas por el temor a que la economía argentina -la tercera de Latinoamérica- caiga en un nuevo abismo, cuando el país no se ha recuperado aún de las secuelas del corralito de 2001. El viernes, el valor de los bonos se hundió, a la vez que se disparaba el riesgo de la deuda. En España se sigue el caso con gran preocupación, porque somos el principal inversor allí, con un 40% del negocio extranjero.
No es éste el primer gran revés que sufre la autoritaria Cristina Kirchner en sus planes económicos. Su primer año de mandato estuvo marcado por la fallida pretensión de imponer una espectacular subida de impuestos al sector agrario, respondida con una larguísima huelga y una caída en picado de su popularidad de la que no se ha recuperado. Después, su incapacidad para controlar la inflación, sus nefastas medidas populistas -incluida la nacionalización de compañías como Aerolíneas Argentinas- y el gasto descontrolado de
Las cosas pintan muy mal para los Kirchner -no se puede olvidar que muchos de los problemas actuales los heredó la presidenta de la anterior etapa de gobierno de su marido Néstor-. Y las encuestas confirman el hartazgo de los ciudadanos en la mala gestión, la corrupción y el nepotismo que rodea al matrimonio, cada vez más aislado políticamente. Incluso otrora fervientes partidarios como el defenestrado presidente del Banco Central, Redrado, ahora se afanan en marcar distancias para intentar salvarse de la previsible quema política de los Kirchner.
La derrota de su partido en las legislativas del verano ya dejó al oficialismo sin mayoría en ninguna de las dos cámaras del Parlamento. Pero Cristina, lejos de interpretarlo como un aviso del electorado, se ha dedicado a hacer más patente aún su desprecio por la división de poderes, gobernando -igual que hacía su marido- a golpe de decretos. Sin embargo, ahora
Editorial del diario El Mundo, de España.
Nueva salvajada institucional
Roberto Azaretto
Desde el punto de vista institucional es un hecho aún más grave. Es un verdadero escándalo que muestra a la cleptocracia gobernante sin reconocer ningún límite. Solamente las dictaduras cometen estos atropellos. Algunas dicen que el matrimonio K tiene una concepción monárquica. En realidad no tiene nada que ver con las monarquías europeas existentes que son un modelo de democracia, sino a los viejos absolutismos como el zarismo y los imperios desaparecidos en la primera guerra mundial o los emiratos y reinos de medio oriente, donde el monarca considera a su país como un patrimonio privado, disponiendo de las vidas y los bienes del pueblo a su antojo.
El presidente del Banco Central tiene prohibido de recibir órdenes del Presidente de
Las medidas como el fondo para el bicentenario y el uso de las reservas deben ser aprobadas por el Congreso.
El decreto removiendo de su caro al licenciado Martín Redrado es ilegal y nulo porque viola la ley orgánica del Banco Central. En todo el mundo serio se fijaron normas estrictas para asegurar la autarquía de los bancos centrales pues su función primordial es preservar el valor de la moneda.
En
Las reservas monetarias no son del gobierno, son del pueblo argentino y están en el Banco Central para garantizar el valor de la moneda y evitar los problemas de balanza de pagos, por eso uno de los parámetros para estimar el nivel de reservas es a cuanto meses de importaciones equivalen.
Curiosamente Redrado, persona que conozco, pero no me merece simpatía personal, es echado por cumplir con su deber, por negarse a violar
El gobierno por su torpeza ha provocado este grave conflicto institucional al que ha puesto coto momentáneo, la jueza María José Sarmiento con sus medidas de no innovar.
Los K tienen inclinación por hacer las cosas mal, cuando se pueden hacer bien. Para eso no faltan los colaboracionistas, los mediocres y serviles que se prestan a cualquier cosa.
Es destacable la actuación del personal estable del Banco Central. La formación y calidad de sus funcionarios, son un ejemplo para las administraciones públicas, tanto nacionales como las provinciales y municipales. Ahí impera el concepto de hacer las cosas bien.
Nadie puso palos en la rueda, sólo se trata de cumplir las leyes.
Los K han ido demoliendo ladrillo por ladrillo las Instituciones de
La desesperación por la “caja” es la muestra cabal de la decadencia de un gobierno que tuvo el apoyo inicial de muchos, que creyeron en el discurso de entonces de lograr un país normal, con alta calidad institucional con el poder de las corporaciones acotado y sirviendo el interés general.
El decreto de remoción de Redrado es vergonzoso, pues se fundamenta en la opinión de los banqueros de Adeba, que defienden su negocio particular, de ganar comisiones en las negociaciones del canje. Explícitamente dicen que los banqueros están en contra de Redrado como un motivo para su expulsión.
Es el deber de todos defender las Instituciones, porque sin que las mismas funcionen seremos una republiqueta como Venezuela y el país habrá rifado el futuro de su pueblo y estaremos condenando a la pobreza a gran parte de los argentinos.
Observatorio de políticas públicas
Héctor Farías*
Llevamos más de 450 años de continuidad casi sin fisuras de un sistema político que ha hecho de la injusticia social un horizonte estratégico, de la enfermedad un negocio, del analfabetismo una herramienta, y de la pobreza un clima que favorece todo tipo de explotación. Es verdad que no todo fue pura mala fe, que hubo también errores, pero ello no exime a nadie de su cuota de responsabilidad, ¡es sabido que quienes mas pueden, mas deben!
Tenemos que acercarle a todos, y en especial a los mas postergados que son la mayoría de nuestros comprovincianos, primero una explicación del por qué de sus desgracias, pero luego de ello hay que darles también las razones que funden la esperanza de un cambio posible. Sabido es que nacer pobre y morir pobre es una tragedia, pero peor que ello es que nadie tenga la decencia de explicarles el por qué. Por esa causa es que no dudamos en que la peor corrupción es la de una dirigencia que ha instalado en nuestra cultura, la perversa certeza de que la pobreza es inevitable. Hay que acabar con la infamia de esa burda mentira disfrazada de sensatez. En su sitio, si es que hacemos bien nuestra tarea, podremos ayudar a instalar otra certeza que se constituya en el motor de nuestro porvenir: La de que un mundo más justo y más bello es posible.
* Contraportada de la revista "Federación", editada por la Federación de Entidades de Profesionales Universitarios de Santiago del Estero. La fotografía es de Gustavo Tarchini.