Por Silvia Mercado, en
Infobae de Buenos Aires.
La
Fiesta Nacional de la Vendimia fue la excusa perfecta para una reunión de los
peronistas que no se resignan a continuar fuera del poder y plantean dejar de
lamerse las heridas para poner proa a un camino que los vuelva, de nuevo,
competitivos. En Mendoza parece una tarea titánica, ya que el peronismo está
viviendo la crisis más grave desde el regreso de la democracia, por eso todos
los que tienen alguna relevancia en la política mendocina aceptaron el convite.
La
convocatoria original vino del lado del gobernador de Salta, Juan Manuel
Urtubey, quien ya había realizado algo similar los dos años pasados. Para esta
ocasión sumó a quien considera será un aliado fundamental en su estrategia de
construir una opción renovada y ganadora para el peronismo, el gobernador de
San Juan, Sergio Uñac.
El
encuentro se realizó en el Hotel Hyatt, hasta donde acudieron los únicos cinco
intendentes peronistas -de dieciocho-
que tiene Mendoza (Roberto Righi, de Lavalle, Jorge Giménez, de San Martín,
Emir Félix, de San Rafael, Martín Aveiro, de Tunuyán y Alejandro Bermejo, de
Maipú), junto a los ex gobernadores Celso Jaque y Rodolfo Gabrielli. También
fueron de la partida los legisladores nacionales Omar Félix y Rubén Miranda,
además de los provinciales Adolfo Bermejo, Ana Sevilla, Patricia Fadel y María
José Ubaldini.
Hubo
coincidencia en que el problema más grande lo tienen los intendentes de
provincias no gobernadas por el peronismo. En la reunión, se quejaron porque “para
la Nación, no existimos, y el gobernador mucha pelota no nos da”. También se
escucharon reclamos para “cuanto antes salir a criticar al Gobierno; tenemos
que recuperar nuestra capacidad de daño”.
El planteo de Urtubey
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Juan Manuel Urtubey y
Sergio Uñac, dos peronistas contra la estrategia de unidad que lanzaron un
mensaje claro: la búsqueda de una opción ganadora no puede incluir al
kirchnerismo.
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Urtubey
no estuvo de acuerdo. Dijo que “lo primero que tenemos que recuperar es nuestro
vínculo con la gente, si la sociedad no percibe que cambiamos, nada de lo que
hagamos sirve para nada”. Les dijo que “hay que tener comprensión del momento
histórico que está viviendo nuestro país, no podemos tener una vocación
sediciosa, no sirve de nada, la mayoría de la gente quiere que a la Argentina
le vaya bien y pararnos en otro lugar perjudica nos perjudica más que a nadie”.
Además
de ofrecerse para ayudar al peronismo mendocino en su reconstrucción, Uñac dijo
varias frases similares a su par salteño. “Tenemos que reconciliar a nuestras
figuras con la sociedad, y en Mendoza, más que pensar en candidaturas ustedes
tienen que pensar en una propuesta para los mendocinos”, explicó. Y los instó a
que “reflexionen en torno a la Mendoza ideal antes que en criticar a los que
gobiernan”.
Coincidencias
En
rigor, Urtubey y Uñac manifestaron en varios momentos posiciones parecidas. Por
ejemplo.
-Coincidieron
que si un partido político no puede perder, si tiene vocación hegemónica, la
democracia está en riesgo. Claramente, fue una crítica a los últimos años K.
-Estuvieron
de acuerdo en que más que pensar en el pasado, hay que discutir el presente,
mirando el futuro. “Hay que entender lo que viene”, dijeron.
-Se
expresaron a favor de hablar con todos en el peronismo, pero decididos a no
favorecer la unidad con quienes quisieron dividir a los argentinos en una
sociedad de buenos y malos, Patria o antiPatria.
Esta
es, quizás, la definición política más contundente que expresaron ambos
gobernadores: la unidad no es el camino para recuperar la competitividad del
peronismo.
Urtubey
se explayó en el tema el viernes por la tarde, en una reunión con periodistas. “En
política, 1+ 1 + 1 no es igual a 3”, dijo, y “puede ser menos que uno, incluso”.
“La
unidad del peronismo tiene que ser con la gente, no con los dirigentes entre sí”,
insistió y se mostró convencido de que “pretender que la Argentina vuelve a
prácticas que fracasaron es subestimar a las personas, y por eso camino no
vamos a ningún lado”.
Explicó
que “la estrategia que tiene que seguir el peronismo es serenarse y la táctica
pasa por hacer un peronismo cada vez más republicano, más institucional, menos
sectario, menos clasista, con mayor integración vertical como fue en sus
orígenes, y reparar los divorcios que se produjeron con sectores vitales de la
sociedad, como el campo”. También dijo que “la construcción tiene que ser
horizontal”.
En
cuanto a su propia candidatura a presidente en el 2019 aseguró que “no la estoy
evaluando, lo que sí estoy haciendo es trabajar para que se conforme una
estrategia que nos lleve de nuevo a ganar. Voy a apoyar al candidato que sea
más competitivo, convencido de que si generamos condiciones de renovación,
después la dirigencia se ordena”, agregó.
Para explicar mejor el
camino que está explorando, Urtubey apeló a la metáfora de la comida que te
ofrecen en el avión, carne o pasta. “Nosotros queremos salir de esa dicotomía,
ofrecemos pescado, y esperamos que cada vez haya más personas que quieran comer
pescado, así se ofrecerán las tres opciones y en segunda vuelta podremos llegar
a la competencia” con el Gobierno.