Hidalguía de Mariela Nassif que no dudó en dar la cara, reconocer la derrota y felicitar al ganador y a todo el pueblo bandeño que participó con el voto. |
Hay
que empezar por el principio: Gerardo Zamora cedió mayores espacios a sus
socios de Bases Peronistas y habilitó al líder de Bases Peronistas, el vice
gobernador José Emilio “Pichón” Neder para que postulara al candidato a vice,
que terminó siendo el sindicalista y diputado provincial, Carlos Adamo. Detrás
del gremialista de la ex dirección de Obras Sanitarias de Santiago del Estero no apareció nadie encolumnado de buen agrado y muchos aspiraban sólo a ser nominados candidatos a concejales.
Incluso llegó gente foránea; “dirigentes de
río revuelto” que se autoproclamaban como “jefes de campaña” ante el ciudadano
bandeño. Se decían salvadores mientras despotricaban y apartaban a los
radicales de las viejas luchas. Con esta metodología generaron una dispersión de las
bases.
Este
comportamiento demostró que el zamorismo no tuvo nunca un estado mayor. Al
contrario, se instalaron como voceros grupúsculos de aventureros que sin
representatividad ni de los familiares buscaron copar el contexto bandeño.
Pagó
caro el zamorismo
En
La Banda, el trabajo del líder del Frente Cívico por Santiago del Estero,
Gerardo Zamora y de su esposa, la gobernadora Claudia Ledesma Abdala, fue
titánico y a diario, gastando jornadas enteras para poner la cara en una causa
obstinada por ganar la comuna del otro lado del río.
Reiteramos,
pasó que la fuerte presencia de líder y gobernadora dio brillo y realce a los
distintos mítines, pero falló la correa de transmisión, o sea el referente o
dirigente, que estuvo ausente a la hora de trabajar con seriedad en todos los segmentos.
Los
radicales bandeños se constituyeron en meros espectadores, y los perucas de
Bases Peronistas recurrieron a la mala política que fue poner por delante de la
tarea proselitista sus cuestiones personales (de enojo y de maltrato) con
Adamo, que de discreto e insulso se volvió cerrado, indiferente y desatento
con sus compañeros del sindicalismo y con los miles creyentes del credo peronista. Con “Cali”
sin atender a nadie y con sus referentes confiados “en que si ya vinieron Zamora y
Claudia ¿para qué vamos a gastar esfuerzos?”, la perseverante Mariela Nassif se
puso la campaña en el hombro, pero no alcanzó.
No
alcanzó porque la actitud de “los políticos” fue depositar demasiada confianza
(o toda) en las figuras señeras del Frente Cívico por Santiago. Encima, los
referentes de Bases Peronistas se entreveraron en tironeos por vehículos,
bolsines y dinero a cambio de un trabajo fuerte y tesonero.
Se confiaron
pensando que con Gerardo y Claudia sobraba para modificar una estructura
pueblerina denominada “bandeñidad”. No
advirtieron que ese estado de cosas, en la política, sólo se puede modificar
con seriedad. Fue lo que le faltó a los “barones” de Bases Peronistas que se
quedaron (siempre exponiendo obscenamente su poderío económico o sus miserias y
disputas personales), en la política chica, menuda…de cuarta.
Se
jactaban cuando escuchaban decir que “el bandeño es jodido”, y tuvieron este
domingo el cachetazo fuerte de la historia. En 1958, Eduardo Miguel ganó en
todas las comunas, menos en La Banda, donde triunfó el radical Efraín
Barrionuevo. En 1973, cuando Carlos Arturo Juárez se impuso en toda la
provincia, perdió en La Banda a expensas del ferroviario peronista Domingo
Juárez, referente por entonces en el justicialismo anti-juarista.
Los falsos salvadores ignoran que a esa forma de protagonizar su “independencia” el bandeño lo lleva intrínseca, con fuerza telúrica, tanto que va al extremo y se emperra proclamando que la ciudad
tiene que llamarse “República de La Banda”, en una rebeldía que viene de atrás,
cuando no reinaban los empleos públicos y la clase trabajadora del otro lado
del río era ferroviaria. Sus hombres, en las épocas de La Fraternidad y la
Unión Ferroviaria, dos pilares de la lucha sindical, asimilaron esos legados
como una defensa propia, de pertenencia y de continua insurrección;
sobre todo frente a “los venidos de la Capital”.
Frustración
y cambios
El triunfo de Pablo Mirolo en La Banda fue rápidamente capitalizado y nacionalizado por el “oportuno” Sergio Massa. |
Por todo ello, una dirigencia falluta, sin representación y hasta ignorante, frustró
al zamorismo de las mieles de lo que consideraba “la madre de las batallas”, en
el distrito La Banda.
Ahora,
se hace necesario que se castigue a quienes se les otorgaron “obligaciones
políticas”, y sería ejemplar que la gobernadora Claudia Ledesma Abdala de Zamora
comenzara a meditar, por ejemplo, sobre el futuro de los altos funcionarios del
área política de su Poder Ejecutivo, porque la hegemonía de la alianza que
administra la provincia sufrió un fuerte impacto electoral, justamente, en La Banda, donde alcanza connotaciones nacionales.
Todo
porque los “embajadores” zamoristas jamás fueron capaces de advertir que
protagonizaban una elección trascendente. Se entregaron al descanso y a esperar que al triunfo lo traigan Gerardo y Claudia.
No tomaron en cuenta por qué no había que fallar. Tampoco fueron capaces de calibrar la jerarquía del “padrino” nacional que presentaba el “chabaísmo”.
Por esos errores tácticos, hoy, el triunfo del Movimiento Viable es el mejor trofeo que exhibirá Sergio Massa para afirmar que en La Banda le ganó al kirchnerismo; o a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Por esos errores tácticos, hoy, el triunfo del Movimiento Viable es el mejor trofeo que exhibirá Sergio Massa para afirmar que en La Banda le ganó al kirchnerismo; o a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.