Por Notio.com.ar
Santiagueños del suroeste que sobreviven gracias a la cría de animales reclaman desde hace meses una solución a interrupciones de un canal de circulación de agua. |
Junto con sus hijos y vecinos resiste a un clima extremo en cercanías de un salar, donde vive de la cría de animales y sin la menor posibilidad de tener huerta para autoconsumo.
Es que a las condiciones naturales del lugar, con más de 45 grados de temperatura en el verano, suelos secos, salitrosos, vegetación xerófila (adaptada a clima seco) y, al menos en 2010, sin una sola lluvia, hay que sumar el ingreso violento de extraños que alambran los campos y quitan el agua a los pobladores.
"Aquí pasamos meses y meses sin agua, a pesar de haber realizado decenas de llamados al encargado de Recursos Hídricos, Daniel Ledesma. Pero me ponían el contestador, me dejaban colgada, me trataban mal, me cortaban" contó Silvina, de 34 años, mamá de cuatro hijos.
Empresario zamorista
Sin embargo, el problema no era sólo la sequía, sino que las compuertas con agua del canal derivador del río Dulce estaban cerradas por los vecinos empresarios, amigo de funcionarios del gobierno de Gerardo Zamora.
Cansados de la espera, y tras la muerte de sus mejores cabras y caballos, los pacíficos pobladores de San Dionisio, Puesto de Día y Toro Uman, decidieron "abrir" las esclusas del canal con una acción de fuerza que tuvo su correlato como denuncia ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).
Entre todos organizaron el abastecimiento del líquido, básicamente para los animales que constituyen el sustento económico de las familias, "les dábamos agua por tandas a las cabras, las que tomaban hoy les tocaba recién mañana por la tarde. Separábamos los animales para que alcance pero algunas no resistían y muchos caballos murieron", recordó.
Funcionarios de Recursos Hídricos que llegaron a la comunidad debieron aceptar críticas y el enojo de las familias, pero también presentaron denuncias contra el empresario Sebastián Peuser, por apropiarse indebidamente del agua.
Angustia
La joven y voluntariosa mujer, logró sobreponerse a un clima y geografía implacable, en el que se sostuvieron "sin agua desde 2009 hasta noviembre de 2010", con denuncias ante la policía de Atamisqui acompañadas por fotos de animales muertos y también del desvío del agua a los campos de empresarios. "En las próximas fotos los muertos vamos a ser nosotros", dijo Silvina a las autoridades.
"Ahora creo que quieren que nos vayamos de los campos, nos desalientan, no nos ayudan, quieren que perdamos lo que tenemos y que migremos a las ciudades, así ellos alambran y lotean, pero eso no va a pasar", aseguró finalmente.
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