Saludo a los periodistas por parte del gran amigo, el ingeniero Carlos David. |
Para aquellos que tienen que soportar los más bajos insultos –“amarillo”, “corrupto”, “coimero”, “chupamedias”, etc.- y amenazas por escarbar en la basura moral de nuestra cultura política.
Para aquellos que se rigen por la ética y buscan informar desinteresadamente al gran público al que no conocen.
Un saludo a todos los que se levantan en las mañanas para intoxicarse con los discursos, a los que deben hacer un curso de gimnasia artística para poder doblarse y tomar la foto perfecta entre 50 personas que intentan hacer lo mismo. A aquellos periodistas que se dedican a la investigación. Esos que tienen el alma de Sherlock Holmes, y los profesores que intentan desanimar a los estudiantes que piensan que con lo que se aprende en la universidad uno llegará a ser editor.
Un beso a las bellas reporteras que utilizan sus atributos físicos para sacar la exclusiva. En verdad, nos alegran el día.
A mi criterio, el periodismo es una enfermedad. En verdad. Una enfermedad degenerativa que los obliga a renunciar a su bienestar social y personal para crear una nota importante de 45 líneas que luego el editor la reduce a 10 y el director a 5, para satisfacer el espacio de un anunciante. Pero es increíble: ¡cómo disfrutan esa enfermedad!
A todos ustedes, de Arena Política, a todos sus colegas, analistas del hecho en bruto -verdaderas alarmas sensoriales para nuestro cerebro cuando algo se nos escapa- les deseo que disfruten el mejor Día del Periodista.
Un saludo cordial.
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