Por el ingeniero Carlos David.
Hebe y Sergio, cuando eran inseperables. |
Hebe de Bonafini dice que Schoklender pudo hacer lo que hizo porque nadie lo controló. ¡Por favor, qué ridiculez! ¡Cómo puede ser posible que la responsable directa de la fundación trate de deslindar su responsabilidad aduciendo que nunca se dio cuenta de que hubiera habido irregularidades atribuyendo a que “se armó como una banda. “Si hubiesen sido uno o dos, te das cuenta; pero cuando son tantos, uno confía”, expresó.
Como si esto fuera poco también dijo que “sí” confiaba en Schoklender “porque las obras se hacían”, y señaló que si en el gobierno le hubiesen dicho “mirá, Hebe, acá falta plata o esto no se hizo”, ella “hubiera actuado antes”, aunque dejó en claro que “eso no pasaba”. Entonces me pregunto si Schoklender no manejaba la caja y Bonafini tampoco. ¿quién entonces?
Difícilmente Bonafini pueda salir airosa del escándalo. Ella misma ha rubricado y refrendado muchas de las operaciones que hoy están bajo sospecha. Pero hay algo peor aún, el propio gobierno tendrá serias dificultades a la hora de explicar la falta de controles sobre las operaciones efectuadas por la fundación de marras. ¿Tiene el gobierno alguna responsabilidad por lo ocurrido?
“'Si hay algo para revisar, lo hará la Justicia” Bien. ¡Marche otro caso “especial” para Oyarbide!
Por último y como corolario, transcribo algunas palabras de la presidenta de la Fundación Madres de Plaza de de Mayo, quien dijo: “No volví a hablar con él (Schoklender). “Soy terminante. Soy ter-mi-nan-te”. Y agregó: “Si van presos que vayan presos, tienen que pagar lo que hicieron, es muy gordo, no es una pavada (...). Si robaron, es una traición y el traidor es muy deleznable. Creo que es la peor palabra que se le puede dar a una persona. Traición a todo: sentimientos, la confianza, a todas las Madres”.
Me convencieron, vivimos en Boludolandia. Entonces: pórtate mal, hacela bien, negá todo y, si podés, echale la culpa a otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario