jueves, 8 de octubre de 2009
¿Cuándo Alegre decidirá “hablar”?
Hasta hace unos días, el propio Julio Alegre, en su lugar de detención, leía todos y cada uno de los escritos de sus abogados defensores. Muchos de estos documentos tenían la enjundia y las pruebas como para creer que, además del ex intendente, pueden entrar a los calabozos muchos proveedores, escribanas, contadoras, funcionarios comunales (concejales), provinciales e, incluso, nacionales. A todos estos escritos, alternativamente, Julio les puso la pausa y dio instrucciones a sus letrados para que los guarden y no los presenten en la causa. Una suerte de código secreto con alguien.
Se sabe que Julio juró “no tirar munición gruesa ni ensuciar la cancha hasta tanto no toquen a mi padre, a mi madre, a mi esposa o mis hijos”. Pero resulta que al nuevo juez de la causa se le ocurrió investigar al padre y decretarle la inhibición de sus bienes.
Bueno…se cree que alguien rompió el código secreto: se metieron con el padre de Alegre.
Por ello, los observadores están ansiosos porque llegue el momento en que el ex intendente recurra al juez y amplíe su declaración, o, en todo caso, convoque a la prensa y, por fin, decida contar todo…aunque ensucie la cancha.
Vale la pena hablar de los escritos de los abogados defensores. Tienen un rosario de impugnaciones y de pedidos de nulidad porque -según repiten.-“el expediente es un mamarracho”. Otra. Los abogados tendrían guardada como as en la manga un planteo muy serio: el actual juez de la causa no podría actuar porque fue compañero de colegio, amigo, correligionario y subalterno (en la comuna) de Alegre. Hay fotos donde aparecen juntos (al lado de otros condiscípulos) durante el secundario que cursaron en un colegio de nuestra capital.
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