Afiches pegados en murales y paredes de República Dominicana, para combatir la corrupción de funcionarios públicos. |
No se rapiñaron en concepto de “gastos políticos” sino que fueron para atender al rubro “periodistas”, donde se cuentan propietarios de radios de frecuencia modulada (en su mayoría de pueblos del interior) y diaritos o pasquines que recibían “por debajo del mostrador” los “favores” por hablar bien y no criticar al gobierno provincial.
Pasó que el jefe de Gabinete y sus tres socios “agencieros publicitarios” se apoderaron de más de las terceras partes de los montos millonarios; porque se habla de que los “periodistas” favorecidos recibían entre 30.000 pesos (uno o dos), y entre 1.000 y 500 pesos (la gran mayoría).
Lo que comúnmente se define como “la repartija del bocado más grande” se distribuía entre el jefe de Gabinete, el subsecretario de Prensa y los tres socios y/o cómplices “agencieros publicitarios”.
O sea, una vez pagados los “favores” a “periodistas amigos”, la Jefatura de Gabinete quedaba todos los meses con exorbitantes excedentes que permitieron el enriquecimiento indebido de los cinco principales protagonistas de uno de los más escandalosos desfalcos a las arcas públicas. Esto explica la “vida de reyes” que ostentan los “agencieros publicitarios”; uno con viajes periódicos a los mejores lugares del mundo, y otro con la adquisición de hoteles en Miramar o Cariló.
Una “caja negra” quedó al descubierto. ¿Cuánto tiempo demandará a los santiagueños ubicar otros escondrijos de ministerios, subsecretarias, direcciones y reparticiones como la policía y entes autárquicos, donde mediante cobros ilegales se enriquecen funcionarios inescrupulosos?
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