Cantera Popular, sector juvenil de la UCR nacional, acompaña la decisión de Cristina Fernández de Kirchner sobre YPF. |
Durante mucho tiempo, el gobierno de Néstor, primero, y el de Cristina después, miraron para otro lado mientras sus empresarios amigos se enriquecieron desproporcionadamente. Especulando con la oferta de combustible, obligaron a nuestro país a importar para cubrir el déficit mientras éstos vivos incrementaban sus ganancias. Al Grupo Petersen de Ezkenazi (dueño del 25% de YPF) no le importó que su especulación genere el incremento, no solo del precio de los combustibles, sino del de todos los productos que se comercializan. Para que quede claro, la especulación hace que todo el pueblo argentino pague más cara la nafta, la comida, la vestimenta... En definitiva, es uno de los factores que contribuyen a que la inflación sea cada vez más y más grande.
Mención aparte merece la actitud depredadora de Repsol, dueña hasta ahora del 57% de las acciones de YPF. Esta empresa de capitales españoles, gracias a la vista gorda del gobierno, pudo sacar de nuestro país el 90% de las utilidades que generaban con nuestro petróleo. Esa plata, que debería haber sido reinvertida en la Argentina para bajar el precio del combustible, se la llevaron a sus casas y nuestro gobierno hasta ayer, no había dicho nada al respecto. Sin duda, es el mejor momento para que el Estado Argentino avance en cuanto a los controles estatales a las empresas de servicios públicos. La ausencia de estos controles son los que han generado el vaciamiento de Aerolíneas, la tragedia de Once por la negligencia de TBA y la actual situación que vivimos con YPF y nuestros hidrocarburos.
Ahora hay que mirar para adelante. Tenemos la oportunidad en estos días de empezar a avanzar en grandes políticas de Estado a largo plazo. YPF puede ser la primera, pero para eso es importante que la recuperemos entre todos. No podemos permitir que el ministro de Planificación, responsable del fracaso de la política de controles sobre estos servicios estratégicos (energía y transporte), sea el encargado de llevar adelante la intervención. Es momento de que discutamos la futura política energética de nuestro país y su implementación; para ello instamos a la Presidenta a que no se cierre en sí misma, que corra a un costado a los responsables del fracaso y abra el debate de cara a la sociedad para consensuar una política de Estado que empiece a transformar el crecimiento en desarrollo.
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