El hospital Regional sigue sin encontrar administradores eficientes y correctos. |
Al “Gaby” Gómez le apasiona el rock nacional y ello se nota por su vestimenta y temperamento, que suele cambiar a la hora de los negocios. Otro de los curros conocidos de este individuos es la “recarga de cartuchos de toner” para las impresoras del hospital, facturando con nombre apócrifo y de terceros por la suma de 5.000 mensuales y, de paso, se encarga de la reparación de todas fotocopiadoras, siempre descompuestas por imperio de alguna mano traviesa.
Totalmente comprobado y con conocimiento de las más altas autoridades de la dependencia, éste empleado infiel es el responsable de la desaparición de un torno del consultorio odontológico (con denuncia policial de esta sustracción), dos aires acondicionados del sector Urgencias, tres tensiómetros nuevos, una centrifuga, una bomba inyectora, un set de cables para pacientes, un electrocardiógrafo y varios sets de respiración para incubadoras, entre otros elementos.
El empleado sospechado. |
También está abocado a la compra de impresoras usadas a las factura como si fuesen nuevas. Por otro lado, se sabe que recaudó “buenos dinerillos” por equipos de cirugía descartables por cantidades exorbitantes que nunca ingresaron al establecimiento.
Para que no digan que es ocioso, el muchacho factura también por la compra de manómetros que nunca ingresan al hospital, porque en realidad lo que hace es restaurar los viejos instrumentos, trabajo éste que lo realiza un conocido cerrajero cómplice que aporta su cuit para la facturación.
Hoy, “Gomecito” no solamente tiene oficina propia en la sala de Maternidad, desde donde cumple sus efectivos servicios en favor de su bolsillo, con el tributo debido al administrador Miguel Carabajal, sino que también dejó el colectivo para movilizarse en moderno automóvil de su propiedad. Otro “nuevo rico”.
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