El último test electoral nacional de hace cuatro
años echó por tierra todas las estrategias conocidas que se pusieron en
movimiento para sostener el actual modelo. El resultado sonó como una cachetada
en público, para sorpresa de propios y extraños. Sin embargo, la oposición
triunfante se diluyó en los festejos, sin que lograsen aglutinar una fuerza
compacta y coherente de cara a lo que debió ser, una suerte de fiscalía de los
actos de gobierno. Tal vez por eso, dos años después volvió a triunfar la
hegemonía gobernante y a ratificar el paradigma que los identifica.
Pero como se sabe y sobre todo en política, nada
es para siempre, y las encuestas subterráneas solicitadas al comienzo de un año
electoral, no le son halagüeñas al elenco gobernante, en especial lo que se
podría producir en la Cámara de Senadores, pues otra derrota en la renovación
legislativa echa por tierra cualquier sueño reeleccionista, cuando hasta resulta
lógico la posibilidad de que prosperase un juicio político.
Es por eso que la “artillería” electoral se
enfoca a captar para el oficialismo, el tercer senador que ingresará por la
minoría, de manera que los nervios no le jueguen una mala pasada a los que
mandan y no tengan que pensar en desempates de última hora, ni en el pago de
dadivas cuantiosas a cambio de la “levantada” de mano en el recinto.
La arenga ya fue formulada a fines del año
pasado y no existe gobernante que no pretenda llegar a la rosada con un senador
de más, bajo del brazo.
Santiago querido, Santiago añorado
Gerardo Zamora ya tiene resuelta la ingeniería para buscar y ofrendar a la Presidenta los tres senadores. |
Nuestra provincia no escapa a ese agónico
llamado y viene elaborando múltiples estrategias de cara a la inminente
elección, para que la sigan ubicando
dentro del sitial de las “bendecidas”, lo que al parecer no le costará mucho
esfuerzo si se suma y multiplica, a la luz de los últimos resultados
electorales. Todo bien, salvo algún imponderable, si es que se corre con el riesgo de mandar a
colectar votos a la llamada “pata peronista” que conforman los intendentes, concejales
y comisionados del interior provincial, pues de triunfar estos se invertiría la
pirámide de poder y seguramente irían por mas.
Otros que se alistan en la arena política
integran el tándem Chabay-Zavalía, con posibilidades de repetir el resultado de
la última contienda que se alzó con el senador por la minoría. Desde el
interior también hace oír su voz el senador Rached, asociado al partido Radical,
y Francisco Cavalotti, remontando al mítico partido Tres Banderas.
Lejos del ruedo asoman el partido Socialista, de
la Corriente Renovadora y Compromiso Social que poco o nada le pueden aportar a
las mayorías ya consolidadas con caudal electoral propio.
Un párrafo aparte para el dirigente bonaerense
kirchnerista Mario Ishii, que fue intendente del partido de José C. Paz entre
1999 y 2009. El mismo que mandó a pintar y empapelar la provincia con el lema
“Ishii conducción”. Muchos piensan que se postularía como el candidato a la
tercera banca senatorial, porque tiene en la provincia un campo de su propiedad
que lo convertiría en residente. Pero, no creo que el CEN y la Ley 23.298 le
permitan formalizar candidatura en este medio. Sin embargo, nada le impide
armar colectoras con una estructura nacional a favor de los candidatos
oficialistas que apoyan el proyecto actual, tal como se lo advierte en casi
todas las provincias que conforman el NOA.
En fin, no falta mucho para que se devele el
misterio respecto de la identidad y la ideología del anhelado tercer senador.
Muchos dicen que habrá sorpresa electoral en la provincia, aun que desde el
oficialismo aseguran, que no hay dos sin tres.
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