Gerardo Zamora, ex gobernador y actual presidente provisional del Senado, garantiza un triunfo electoral rotundo a la fórmula kirchnerista Scioli-Zannini. |
Sutilmente,
el líder del Frente Cívico por Santiago se puso al hombro la campaña
proselitista, confiado en que el alto porcentaje de buena imagen que ostenta
entre la ciudadanía (entre el 65 y el 70 por ciento) se plasmará en las urnas,
tanto en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO)
del 9 de agosto como el 25 de octubre de este año. En sus actos públicos
cosecha agradecimientos y elogios por su gestión al frente del Poder Ejecutivo
y por la continuidad del plan de concreciones que garantiza su esposa, la
gobernadora Claudia Ledesma Abdala de Zamora. Uno de los mayores halagos que
hasta conmovió a Gerardo Zamora lo formuló la señora Primitiva Zurita, presidenta
de la Cooperativa Salinas Santiagueñas: “¡Usted es un artesano del progreso
porque con pocos recursos hizo muchísimo y de la nada o con poco hizo mucho!”.
A
su vez, Zamora transmite y machaca a la ciudadanía su idea política central:
“La garantía de continuidad del progreso en Santiago del Estero es la fórmula
presidencial que integran Daniel Osvaldo Scioli y Carlos Zannini. No hay dudas
que con ellos seguirá fortaleciéndose nuestro proyecto de unidad y crecimiento
provincial”.
Claro
que la ingeniería política de Zamora se sustenta en la unidad monolítica y en
la capacidad ganadora de esta alianza radical-peronista que la representan
intendentes, (los “eternos jefes territoriales”), los capitotestes gremiales,
diputados concejales, dirigentes y punteros que, con poco ruido y a diario,
tienen bien aceitada su maquinaria electoral.
A
su vez, los tres sectores opositores no muestran ni unidad ni fuerza. La
estructura del massismo, por ejemplo, parecería circunscribirse a pocas
barriadas de La Banda, en razón de que todavía es embrionaria en ese distrito
la representatividad del intendente Pablo Mirolo. La otra pata peronista del
massismo, que todavía trata de estructurar José Manuel de la Sota, apenas se
nota en uno o dos dirigentes que prometen lograr un armado en Capital y Las
Termas de Río Hondo. Encima, en la primera reunión que el “Gallego” mantuvo
este sábado en el hotel Carlos V con un puñado de “peronistas”, la única
preocupación de los santiagueños delasotistas pasó por saber quién iba a
manejar los fondos de la campaña; lo que desanimó enormemente al precandidato
cordobés.
También
cayeron los ánimos entre los radicales que quedaron con el interventor del
partido a raíz del reciente incidente en el que Emilio Rached arrebató en una
reunión irregular la Juventud Radical provincial, en detrimento del resto de
chicas y muchachos que ahora impugnan ante el Comité Nacional de la UCR y en la
justicia Electoral esta “actitud prepotente y violatoria de la Carta Orgánica
partidaria”. La ruptura trajo incluso amenazas, como la que prometen los
jóvenes radicales de la línea interna “Boina Blanca” de escrachar al
precandidato Ernesto Sanz cuando venga a Santiago y sea recibido por Rached y
Marcelo Lugones.
Por
su parte, el PRO santiagueño está imbuido en una tarea tendiente a mantener o
aumentar el caudal de votos en el distrito Capital, sin muchas esperanzas en
otros circuitos del dilatado territorio provincial donde, a todas luces, recién
empezó con el difícil trabajo de formar cuadros dirigenciales.
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