Dirigentes de la CGT-Santiago, en el cementerio Parque de la
Paz, luego de rendir homenaje al doctor Carlos Arturo Juárez.
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Este sábado 2 de julio se cumplieron
seis años de la desaparición física del doctor Carlos Arturo Juárez, y fue el
senador peronista Gerardo Antenor Montenegro el primer santiagueño que se animó
a rendir homenaje a quien el pueblo eligió cinco veces gobernador de Santiago del
Estero, cuando propició que el mismísimo Senado de la Nación rememorara al
político que más tiempo administró nuestra provincia.
Luego, todos los dirigentes de la
CGT-Santiago se sumaron a la iniciativa de Montenegro y coincidieron en
recordar al otrora líder y conductor del PJ y de la gran mayoría de la provincia,
depositando ofrendas florales en la tumba del Parque de La Paz.
También
los diputados sindicalistas presentaron un proyecto de declaración que
la Legislatura lo aprobó por unanimidad en la sesión del martes pasado,
adhiriendo a la recordación de Carlos Arturo Juárez.
Frente a la tumba de Juárez, el senador
nacional Gerardo Montenegro describió las características más sobresalientes
del líder desaparecido y, como gobernante, lo elogió porque “condujo la
provincia en los momentos más difíciles y, a pesar de las vicisitudes, siempre
ha sabido encontrar el equilibrio y salir adelante, esto lo puedo afirmar no
solo como dirigente político sino además como dirigentes sindical”.
Complacencia juarista
En los tiempos en que Carlos Arturo Juárez y su esposa Mercedes Marina Aragonés de
Juárez cayeron en desgracia por el autoritarismo kirchnerista, nadie de la clases
dirigencial autodefinida como peronista levantó la voz y los miles de juaristas
“de corazón” enmudecieron sumidos en la impotencia de no poder liberar al “doctor”
y a la “señora” que estaban presos en su casa.
Más tarde se comprobó que todas las
causas fueron inventadas por el kirchnerismo, ya que el matrimonio terminó con
sobreseimientos totales y definitivos.
Pero, ya no hubo tiempo para
reivindicarlos…se consolidaban los nuevos tiempos políticos.
Juárez murió y fueron poquitos los que, con la frente alta, acompañaron y despidieron
al líder de los justicialistas.
Por todo ello, hoy, los humildes santiagueños anónimos
(familias de trabajadores de barrios de las ciudades y, en su gran mayoría, de
las regiones rurales), suspiraron emocionados porque al final apareció alguien que se acordó del “Tata”,
del “Viejo”, a quien todavía rescatan como el político que siempre los ayudó
con la casa, el trabajo y toda ayuda social que necesitaban.
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