Un
grupo de comprovincianos provenientes de distintos sectores (empresarios,
profesionales, universitarios y ciudadanos comunes) por una iniciativa del
Rotary Club de Santiago del Estero, crearon en 2010 (con la forma jurídica de
una fundación), el Banco de Alimentos que muy pronto fue admitido por la Red
Argentina que agrupa a 17 bancos, todos adheridos a una organización mundial
con sede en Houston.
En
estos últimos días, numerosos vecinos parajes del departamento Robles
encomiaron el trabajo solidario de estos dirigentes sociales quienes, en sus
horas libres, se entregan a la ayuda de las familias que menos tienen.
En
efecto, el Banco de Alimentos de Santiago del Estero entregó a
comedores comunitarios, familias, instituciones religiosas de distintos credos
y municipalidades, 500 toneladas de productos recuperados; la mitad frutas y
verduras y la otra mitad secos (arroz, fideo, azúcar etc.).
Sus
directivos calcularon haber entregado 2.500.000 platos o meriendas,
especificando que el valor de lo donado supera los 20 millones de pesos.
El camión de la
solidaridad
Durante
la última donación se repartieron 15 toneladas de yogur que fueron donados por
una empresa solidaria y transportada en un camión térmico, pagado por el
Ministerio de Acción Social de la Nación, que se encargó del trasladó directamente a la sede
del Banco de Alimentos, desde Buenos Aires.
El
ingeniero Carlos Enrique “Popó” Cheeí, especificó que todos los productos
entregados por el Banco de Alimentos de Santiago del Estero tienen fecha de
vencimiento posterior a su entrega.
Ayuda del Gobierno provincial
y del Mercado de Abasto
Numerosas familias de
parajes del departamento Robles se vieron favorecidas con la entrega de 15
toneladas de yogur, en otra incursión solidaria del Banco de Alimentos de
Santiago del Estero.
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Comeco,
la cooperativa del Mercado de Abasto, fue participe desde sus inicios y cuando
inauguró su sede en el Parque Industrial de La Banda, le adjudico un lugar al
Banco de Alimentos.
Allí, la entidad de solidaridad, con aportes privados y del Estado Provincial levantó su sede propia, donde
tiene cámaras frigoríficas, estanterías para el acopio de alimentos secos,
instalaciones en las que se recuperan verduras y hasta un vehículo propio.
Gracias
a estos esfuerzos mancomunados, la obra del Banco de Alimentos de Santiago del
Estero favorece a más de 10.000 niños y ancianos; que son los sectores donde la
institución pone énfasis.
Además,
toda la distribución se hizo con el concurso de más de 300 entidades
benefactoras.
Una obra mundial
Los
bancos de Alimentos funcionan en todo el mundo y persigue un objetivo simple y
real: recuperan los alimentos que pierden valor comercial, pero no el nutricional.
Los
ejemplos más simples los constituyen los panes de Navidad que, una vez
finalizadas las fiestas de Fin de Año, son sacados de las góndolas de los
negocios y son donados al Banco de Alimentos, para ser distribuidos inmediatamente.
Lo mismo ocurre con otros productos como frutas que pierden valor comercial
pero no el nutricional.
Al
final, corresponde recordar que el mundo desperdicia 1.300 millones de toneladas de
alimentos (en el campo, en los mercados, en las fábricas, en los comercios
mayoristas y minoristas y hasta en las familias), mientras que 800 millones de
seres en el mundo sufren hambre.
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