“Lito Argañaraz y “Sugus” Suárez, siguen en sus puestos y disfrutan del dinero que se apoderaron ilícitamente de las arcas públicas. |
Hoy, el jefe de Gabinete, Elías “Sugus” Suárez, literalmente, se llevó la Casa de Gobierno a sus bolsillos, porque en seis años de la gestión de Gerardo Zamora se transformó de pobre que no tenía para pagarse un café en un bar, en un rico y multimillonario funcionario dueño de edificios de cuatro departamentos (en nuestra capital), dos pisos en la zona más bacana de la ciudad de Córdoba, casa de fin de semana, autos de colección, camionetas 4 x 4, etc.
Hizo mucha plata en la función pública, y en el último semestre de 2010 se apoderó indebidamente de 33 millones de pesos, en otra asociación ilícita de la que participaron el subsecretario de Prensa, “Lito” Argañaraz y tres “agencieros publicitarios” que se encargaron de librar facturas apócrifas que permitieron perpetrar el desfalco y extraer el dinero del erario público. (Uno de los “agencieros publicitarios”, “Tito” Chorén, ofició de prestanombres de “Sugus” y compró dos hoteles: uno en Cariló y otro en Pinamar).
Pero “Sugus” anda suelto. Incluso, en una demostración de poderío e impunidad, trasladó su domicilio a uno de sus flamantes edificios: el ubicado en la calle 25 de Mayo entre Libertad y Avellaneda. Bien trajeado, todas las tardes, cuando cae el sol, sale por Libertad y se marcha rumbo al centro, cual fuera un funcionario ejemplar y un político honesto.
Claro, el juez Miguel Moreno, que entiende la denuncia que presentó el abogado Víctor Daniel Nazar por tamaño latrocinio de “Sugus” y Cía., anda vacacionando con su nueva pareja por mares de vaya uno a saber.
La gente común reflexiona y opina: “Julio Alegre es un bebé de pecho al lado de los robadores que Zamora mantiene a su lado y, de tantos, el más emblemático es ‘Sugus’ Suárez”.
2 comentarios:
Por favor que Zamora investique a sus funcionarios judiciales, es imposible justificar como se enqiquecieron los Vocales del Superior Tribunal. Gracias
Tanto va el cántaro a la fuente que al final... tendrá que haber ¡alguien! con dignidad y que no le importe volver a su antigua vida. Porque ninguno nació en las condiciones en que vive. Que al menos, le importe su descendencia, pues la historia les dirá a sus hijos y nietos que la fortuna les proviene de hechos ilícitos. Por la familia al menos muchachos, "pónganse las pilas".
Reivindiquen la honorabilidad del santiagueño, que aunque pobres pero decentes.
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