Por Roberto Azaretto
Continúan interfiriéndose las señales satelitales del grupo Artear, Todo Noticias, Canal Trece, Metro, Radio Mitre y otras emisoras. Una situación rarísima en razón de que de un satélite que utilizan varios proveedores de servicios de televisión y radio, sólo se afecta a este grupo. Por ello, no hay duda que solamente el gobierno es responsable de este agrave atentado a la libertad de prensa.
Los que vivimos en Santiago del Estero tenemos claro de qué se trata, porque todos saben que nuestros matutinos tienen prohibido mencionar siquiera a los líderes de la oposición o reflejar las manifestaciones de grupos sociales que hacen sus demandas en la vía pública. Ni siquiera en los gobiernos de Carlos Juárez hubo tantas restricciones a la libertad como en el Santiago del Estero de Gerardo Zamora. Nunca, además, como ahora, gran parte del Poder Judicial sigue en comisión, a cuatro años de la finalización de la intervención federal.
Por ejemplo, Arena Política ha sido victima de las presiones del poder, el que ha llegado a concretar múltiples destrucciones de nuestro sitio.
Parecería que en nuestra provincia no se quiere escuchar voces de disenso que, en la vida democrática, siempre son necesarias para evitar errores o debatir ideas.
A nivel nacional, el gobierno de los Kirchner está desesperado en razón de que ni siguiera puede pagarle las obras a sus amigos que, por otro lado, están comprometidos con sobre precios y privilegios escandalosos. Los nombres son conocidos: Eurnekian, Lázaro Báez, Cristóbal López, Britos, del Banco Macro, el que se quedó con 50 millones de dólares que les regaló Carlos Juárez porque iban a “construir un centro de mantenimiento aeronáutico”.
Tampoco ya no se pueden ocultar las falsedades del Indec, el incremento de la pobreza, las dificultades para pagar los sueldos, etc.
Por eso se ataca a la libertad de expresión. Quieren voces adulatorias. Pretenden negar la realidad. Todavía no ha comenzado el debate sobre la nueva ley de radiodifusión, pero ya se ataca a medios nacionales importantes.
La libertad de prensa, siguiendo la doctrina constitucional de los Estados Unidos en su primera enmienda y respaldada por la Corte Suprema de ese país y por la jurisprudencia de nuestra Corte, es un derecho que se reserva el pueblo; indelegable, al punto que ningún congreso tiene facultades para reglamentarlo.
Se entiende que eso es un derecho que se reserva el pueblo como última defensa de sus derechos civiles y políticos, de su libertad.
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