miércoles, 25 de marzo de 2009

Minga de austeridad



Por Facundo Peñaloza

Ya se fue la señora. Menos mal, porque si se quedaba unas horas más, nos iba a quebrantar el presupuesto de crisis que dispuso nuestro gobernador en reunión de gabinete hace menos de un mes, según se escuchó decir a uno de los muchachos de la organización.

¿Caro el acto, no? Upa. No nos salió una bicoca esta vez. Mire Yo le voy a contar lo que vi en el acto.

Dos canales de tevé trasmitieron el acto y en ninguno de los dos se escucharon las estrofas del Himno Nacional. Yo estaba adentro del teatro, nos comentó, y en verdad nada se escuchaba y, para el colmo, parece que el gobernador no sabía la letra porque miraba para todas apartes y apenas balbuceaba una estrofa. 

Parece que lo estaba puteando al jefe de Protocolo y Ceremonial que no daba pie con bola durante toda la ceremonia. Otra de las miradas con fuego del primer mandatario fue en el momento de su discurso cuando le agarró sed, y la Presidenta, que estaba sentada a lado, le alcanzó un vaso de agua. 

Se notó mucho que ella sola se sirviese el líquido elemento. No había nadie a la redonda que le hiciera el gesto de caballero. 

Ni un locutor cerca que organizara el acto y tuviese la gentileza. Punto en contra para la organización, pero eso estaba previsto desde que se fue la ex directora de Ceremonial y no le pueden encontrar reemplazo.

Más de 3.000 policías afectados al acto. ¿Medio mucho, no? Y sí, dejaron la provincia sin prevención ni vigilancia. Los santiagueños renegaban porque estaban todas las calles cortadas y no sabían por dónde transitar. El centro era un verdadero caos. Imagínense que encima, al otro día (martes), era feriado. Asumió Gerardo Zamora y te encajan un asueto como si no se viviera de joda por aquí.

¿Y cuando costó la ida y venida en avión de toda esa gente, sólo para estar dos horas en la provincia? Y, échele pluma, venía lleno, más las custodias y policías que llegaron antes. El pago a los punteros, nafta para movilización interna, bombos, pancartas, remeras alusivas, afiches, morfi y honorarios profesionales a los abonados para ir a los actos. Una barbaridad.

Pasó lo de siempre. Ellos sí que pueden gastar y despilfarrar a lo loco. Nosotros somos lo que pagamos el pato. Claro, que las penas son de nosotros. Las vaquitas son de ellos.

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