Cristina y el acarreo de gente: un retroceso

Gente “acarreada” dará la bienvenida a la Presidenta.

Ministros, diputados, concejales, comisionados municipales, “capos” del sindicalismo y miles de “militantes” pagados por el Estado, se han movilizado desde el miércoles pasado reclutando gente para “llenar” la plaza San Martín, con el propósito de maravillar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Vehículos oficiales, ómnibus, combis y remisses alquilados para la ocasión; bolsines, chorizos y dinero en efectivo se entregaron a raudales en todas las ciudades y pueblos de la provincia. Se intenta demostrar que así como hubo iturrismo, ahora reina el zamorismo en Santiago del Estero. El acto costará a los santiagueños $2.675.000 (dos millones seiscientos setenta y cinco mil pesos), entre publicidad, bolsines ; ómnibus, vales de combustibles; choripanes, y $50 pesos por cada concurrente, etc.
Ésa será la razón por la que la recepción a la primera mandataria llegará a convertirse en fiesta multitudinaria, aunque los miles de pobres comprovincianos se retirarán a recibir su paga cuando suba al vehículo que lo regrese a su pueblo, ciudad o barrio, sin comprender cuál ha sido el mensaje de la Presidenta ni el sentido del mitin político.
Acarrear gente pobre y necesitada, entregarle una dádiva y creer que es el modo de hacer política, significa un retroceso institucional de la democracia y del civismo santiagueño. Hemos retrocedido a la era iturrista. Todo porque Gerardo Zamora viene demostrando que lo único que hace es seguir la corriente, o sea aplicar los mismos métodos que en otro tiempo despotricaba. Si a César Eusebio Iturre le sirvió para aferrarse al poder , quién dice que a él no le dará el mismo resultado.

Mala politica

Entre ser político y politicastro, optó por lo segundo. Sin programa (a seis años en el cargo de jefe del Poder Ejecutivo), eligió el camino mendicante de alinearse al poder central que le pergeña los proyectos, le selecciona los técnicos y las empresas, y hasta le remite los fondos para concretar obras faraónicas que se pagan con sobre precios. En estos emprendimientos no aparece ni una idea de los funcionarios santiagueños. El pueblo santiagueño lo podrá comprobar esta noche cuando Cristina Fernández de Kirchner anuncie los planes de obras elaborados, todos, en la Casa Rosada, conforme a los intereses de los ministros que cuando más hace la Nación en provincias “amigas” (como la nuestra), usufructúan a través de personeros, presta nombres y testaferros “metidos” en las empresas constructoras. (Hasta los grandiosos escenarios los levantan empresas de espectáculos y/o agencias de publicidad con dueños que son kirchneristas porteños).
Sin embargo, todo ello ni lo despeina a Zamora (igual que ocurría con Iturre). Por más que arrecien las críticas, él mantiene claro su objetivo: quedarse en el poder. Por ello, ya piensa en el tercer mandato, sobre todo si el kirchnerismo se mantiene al mando de la Argentina. Ora, comprando votos, ora, acarreando voluntades que lo hagan aparecer como un gobernador popular, querido y respetado.
Todavía no tuvo tiempo de advertir cómo terminan los “poderosísimos” con pie de barro y gente prestada, cuando les toca volver al llano.