Por Roberto Azaretto.
No vino al acto el “gobernador” en los hechos de la provincia, el ministro nacional Julio de Vido. En su lugar estuvo su delegado Pablo Abal Medina que, más allá de su cargo formal, es el viajero del ministro con numerosas visitas a donde la obra pública provincial es manejada por el Ministerio de Planificación Federal. Hace y deshace las licitaciones, viene con portafolios repletos de pliegos y contratos, y regresa con “todo firmadito” en los aviones presidenciales, de la flota propia o alquilada a empresas controvertidas.
La empresa que construirá las torres, Panedile, no tiene nada que ver con la que construyó el Chocón, una obra ejemplar que cumplió los plazos de obra y los precios pactados, manejada por un prócer de la ingeniería como lo fue Raúl Ondarts.
Esta Panedile está en el lote de las vinculadas al ministro más cuestionado del gobierno por su ineficacia, su incapacidad para la gestión y por las denuncias de corrupción. No hace falta decir que estamos hablando de De Vido.
Panedile construye obras en Santiago del Estero con la empresa de “Migui” Sarquis, titular de la única SRL (Mijovi) que logra facturar centenares de millones al año, manejando el oligopolio de la construcción en esta provincia donde se paga entre dos a cinco veces el valor de la obra pública.
Gerardo Zamora dijo que esta obra es “un icono” en la historia santiagueña. Icono es la imagen que se usa en las iglesias orientales de Jesucristo, la virgen, Una representación de lo sagrado.
Otra definición es “la representación de una idea”. Podemos decir que la idea de Zamora del desarrollo, de la economía y de la educación son estos monumentos (encima mal emplazados) a la burocracia.
No fueron distintas las palabras del delegado Pablo Abal Medina ni del representante de la Corporación Andina de Fomento. Hablaron de la dignidad del maestro como una explicación para estos edificios. Se repitieron palabras reiterativas en todos los discursos sobre la modernidad, el avance social y otras yerbas.
El que escribe siempre pensó que el problema de la educación pasa por la calidad de la enseñanza con maestros bien pagos, pero bien capacitados.
La Argentina que recibió Néstor Kirchner tenía un alumnado que ganaba en toda la región hispanoamericana las pruebas PISA, que evalúan el nivel educativo en más de cien países en el mundo. Hoy salimos sextos en la región.
Es cierto que ahora se gasta el 6 % del PBI en el área educativa, pero la casi totalidad de esos fondos se van en sueldos.
Un banco de fomento se supone que debe financiar canales para el riego, centrales de energía, un plan para dotar de agua potable a la provincia y de cloacas a toda la `población, carreteras, no en edificios de oficinas para alojar burocracia. Estas son las obras “faraónicas” no por su envergadura sino por su escasa o nula rentabilidad social.
Son ochenta millones de dólares a razón de tres mil setecientos millones de dólares el metro cuadrado. El edificio particular más suntuoso de la ciudad ha costado ochocientos dólares el metro.
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