miércoles, 30 de octubre de 2013

La fórmula, con el apellido Zamora como bandera de triunfo

La abogada y escribana Claudia Ledesma Abdala, su esposo Gerardo Zamora y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el Centro Cultural, en julio pasado.
El duro revés que le propinó la Corte Suprema de Justicia al derribar su proyecto de la “re re”, obligó a Gerardo Zamora a replantear estrategias y tácticas que le garanticen la continuidad de su liderazgo dentro de la alianza gobernante del Frente Cívico por Santiago.
Difícil empresa. Sobre todo cuando fue el lunes a la Casa Rosada y escuchó las reiteradas expresiones: “Néstor Kirchner, primero, y Cristina Fernández de Kirchner, ahora, te eligieron como referente leal del proyecto nacional y popular y, en consecuencia, tienes que buscar como cabeza de la fórmula a una persona que siga garantizándolos esa adhesión y lealtad”.
Allí nomás, Zamora explicitó el nombre de la abogada y escribana Claudia Ledesma Abdala, justamente su esposa, como candidata a la Gobernación, y a su amigo y acompañante incondicional, el ministro de Gobierno, José Emilio “Pichón” Neder, como candidato a la Vicegobernación.
El estado mayor del “cristinismo” dio el visto bueno, con lo que la delegación santiagueña (integrada por Zamora, Neder y el secretario general de la CGT-Santiago, José Gómez), regresó eufórica.

El único camino seguro

Desde el martes pasado, cuando se conoció el impedimento constitucional emanado de la Corte Suprema de Justicia que trabó su “re re”, Zamora abrió ojos y oídos para escuchar los runrunes de adentro y de afuera. De los que soñaban con la fórmula de dos radicales, quienes incluso se reunieron en una confitería de Chacabuco e Yrigoyen y luego en una finca de El Zanjón, y que pergeñaron un “gobierno de radicales puros” que no “incluyera ni ‘a los peronistas de Neder’ ni ‘a los peronistas de la CGT’”.
Fue cuando Zamora abrió también la puerta de los recuerdos, recientes, comprobando que fueron los radicales de Comité Nacional, encabezados por Mario Barletta, los que “consensuaron” con “amigos” de la Corte Suprema de Justicia para abrir la medida cautelar interpuesta y terminar suspendiendo las elecciones para las categorías de Gobernador y Vicegobernador.
Todos saben que Barleta y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, se conocen bien y son del mismo pago (ciudad de Rafaela, Santa Fe), y ambos “pactaron”, como vecinos y amigos, varias cuestiones. Por ejemplo, declarar constitucional la Ley de Medios, sin críticas de la UCR Nacional, pero, a cambio de ello, “voltear a Zamora” y “sobreseer total y definitivamente” a don Fernando de La Rúa de la causa de las coimas en el Senado. Fue el pacto que la única que se animó a explicitarlo fue la intransigente Elisa Carrió, ayer, martes, cuando anticipó que le iniciará juicio político a Lorenzetti.
Todo ello obligó a Zamora a abroquelarse en el poderío de su Frente Cívico y cuidar que nadie lo lastime ni fracture. Porque está casi seguro que los radicales santiagueños, en poco tiempo, podrían terminar a los tiros con “los primos peronistas” y empezar a desintegrar la alianza que le dio todos los triunfos, con consecuencias imprevisibles, incluso de una intervención federal. También es conocedor de que hay “gente” de la política nacional (radicales y/o kirchenrista), que ya está “operando” y buscando enturbiar el contexto provincial y abrir la picada que desemboque en el tan conocido “remedio federal” para apoderarse del botín santiagueño.
Con la candidatura de su esposa, Claudia Ledesma Abdala (nieta de un radical, Ricardo “Pololo” Abdala,  e hija de un peronista, Oscar Ledesma Patiño), Zamora cree que tiene asegurado el futuro porque mantendría las buenas relaciones con la Nación, seguirá liderando monolíticamente al Frente Cívico por Santiago y, sobre todo, aseguraría la gobernabilidad en la provincia. (Vale la pena recordar que “Pololo” Abdala es un radical de mucho prestigio y que fue protagonista del resurgimiento histórico de la UCR santiagueña, mientras que “El Negro” Ledesma Patiño fue candidato a primer concejal en 1995, de la lista peronista “La Banda Vive”, que llevaba como candidato a intendente al médico Juan Elías Robles, en la vecina ciudad).

La fuerza del apellido

La “jugada” de Zamora tiene mucho que ver con el modo de hacer política en Santiago del Estero, y se acerca a los estilos de caudillos que supieron mantener sus liderazgos por décadas, usufructuando de la idiosincrasia del santiagueño que, culturalmente, tiene la costumbre de apegarse al gobernante de turno, endiosarlo y respaldarlo en tanto y en cuanto se comporte como el sostén, el “tata” y sea capaz de entregar el “aparato” estatal en beneficio de sus votantes.
Las propagandas con la candidatura de su esposa se destacarán por las letras grandes con su apellido.
Definitivamente, Gerardo Zamora se ha “peronizado”. Hoy, más que nunca, actúa como un peronista cabal. Sintoniza mejor con “los primos” que con “los hermanos”, y por ello, entregó los cargos más apetecibles de esta etapa comicial: un senador, nacional, Gerardo Montenegro, y una candidatura a Vicegobernador, a José Emilio “Pichón” Neder.

¿Se queda, o se va?

A partir de ayer, conocida la nueva fórmula del Frente Cívico por Santiago, comenzaron a rodar versiones por doquier. Se dice que seguirán funciones tres ministros: Luis César Martínez, Luis Fernando Gelid y Atilio Chara.
Otra versión anuncia que Ángel “Viruta” Niccolai tendrá un importante cargo en el futuro gabinete.
Lo que nadie sabe es qué hará Zamora. ¿Decidirá quedarse? ¿Optará por la banca de senador nacional?

lunes, 28 de octubre de 2013

El aparato de Zamora gritó retruco a la Corte y al Gobierno nacional

Tapa del diario El Liberal.
Tapa de Nuevo Diario.
Faltaban cien horas para las elecciones cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación suspendió la elección de gobernador y vice en Santiago del Estero, cerrándole el camino a Gerardo Zamora que venía cabalgando tranquilamente en la búsqueda de su tercer mandato o “re re”.
Duramente golpeado, dijo que respetaría el fallo y, de inmediato, se encargó de poner en marcha, con más fuerza que nunca, una contundente respuesta política a los cuatro ministros del máximo tribunal judicial de la Nación que, cuando se jugaba tiempo de descuento, interrumpieron la ingeniería política de Zamora.
Acudió a su hegemónico aparato que supo construir en ocho años de gestión gubernamental y, animado por la premisa de que en las elecciones “se expresa y habla el pueblo”, logró una victoria aplastante con alrededor del 76,44 por ciento  de los votos.
Repartió respuestas para todos lados, políticamente, como líder de un gran segmento y de un impresionante aparato donde son copartícipe radicales y justicialistas, dentro del Frente Cívico por Santiago.
Con los resultados en la mano, exhibió la clara supremacía de su poder político, y lo publicitó, sobre todo, para quitar tranquilidad a la Corte Suprema de Justicia.
Es que Zamora no está apurando a la Corta para que cambie su opinión y lo rehabilita a un tercer mandato, sino que está buscando "meterle prisa" y que resuelva el fondo de la cuestión, a fin de que pueda convocarse a las elecciones a gobernador y vice en los próximos días.
Esto es lógico, una demora que supere el 10 de diciembre pondría una espada de Damocles sobre la institucionalidad de la provincia, y los riesgos serían enormes sobre otro desmadre que destruya los ocho años de democracia en la provincia.
El otro envío que quiso expresar está dirigido hacia el kirchnerismo o cristianismo, sabedor de que el abrumador triunfo lo convalida como el primer árbitro a la hora de elegir a su sucesor y al vice, desalentando a algunos intrépidos que podrían estar pergeñando designar candidatos “a dedo”.
Y, como se sabe, Zamora consiguió lo que parecía imposible: obtener las tres bancas de senadores nacionales, dos por el Frente Cívico y uno por la colectora del Frente Popular. Fue el “ingeniero” de esta estrategia y el jefe de campaña de las dos listas. (Tampoco hay que soslayar el triunfo en la categoría de diputados nacionales, donde los tres electos van a integrar el bloque de siete legisladores que responden incondicionalmente al oficialismo nacional).
Entonces, tiene sobradas razones para seguir siendo “el referente” único del kirchnerismo en la provincia. Todo porque el Gobierno nacional perdió una banca en el Senado (la de Daniel Filmus, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), pero Zamora la recuperó, justamente, a través de la colectora y con la figura del gremialista Gerardo Montenegro.

domingo, 27 de octubre de 2013

Zamora habló de la elección que suspendió la Corte Suprema

El gobernador de Santiago aseguró que “aceptarán” un fallo contra su intento de re-reelección.
Por resolución de la Corte Suprema de la Nación, Santiago del Estero no pudo celebrar elecciones a gobernador y el sueño reeleccionario del mandatario provincial, Gerardo Zamora, parece esfumarse. El propio Zamora expresó su deseo de que “la Corte decida sobre el fondo del asunto antes del 10 de diciembre”, fecha en la que culmina su mandato y el del vicegobernador, ya que “la provincia no debería quedar acéfala”.
En tanto, Zamora anticipó que acatarán una sentencia contrario del máximo tribunal: “Vamos a ser respetuosos y aceptaremos el fallo de la Corte”, manifestó al canal de noticias C5N.
El referente del Frente Cívico por Santiago reconoció su “sorpresa”  ya que la Corte había declarado “su incompetencia, una hora antes, en Formosa y lo mismo ocurrió, quince días atrás, con dos casos en Santiago del Estero en los que adujo que eran materia pública provincial”.
“A lo mejor la Corte tomó el caso de buena fe, sin analizar el expediente”, evaluó el gobernador y cargó contra la “mentira de la UCR” en la causa.
Pese a los antecedentes, a días del celebrarse los comicios, la Corte Suprema nacional declaró su competencia originaria, e hizo lugar a la medida cautelar solicitada en la causa U.58.XLIX “Unión Cívica Radical de la Provincia de Santiago del Estero c/ Santiago del Estero, provincia de s/ acción declarativa de certeza” y suspendió la convocatoria a elección de gobernador y vicegobernador, según el Centro de Información Judicial.