martes, 2 de mayo de 2017

Víctor Manuel Paz: “El que paga la crisis es el empleado”

Víctor Manuel Paz, secretario del Sindicato de Empleados de Comercio, dijo a LV 11 que desde la asunción del presidente Macri está comprometida la clase trabajadora argentina. 
El secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio de Santiago del Estero, Víctor Manuel Paz, sostuvo que desde la asunción del presidente Mauricio Macri “se registraron despidos a cuenta gotas” en el sector privado de nuestra provincia, y sinterizó que, “como siempre, el que paga la crisis es el empleado o el obrero”.
En diálogo con el programa Actualidad Política de la radio LV 11 apuntó que “estos despidos por la crisis nacional todavía no paran entre la actividad privada de Santiago del Estero”.

“¿Qué ve Macri?”

La entrevista se realizó el lunes, con motivo del Día Internacional del Trabajo.
En alusión a esta fecha, Paz efectuó un análisis sobre la situación socio-económica que vive el país por la falta de trabajo.
En ese sentido, apuntó: “El presidente Mauricio Macri dijo que ‘en nuestro país se crearon fuentes de trabajo y que el desarrollo sustentable para los argentinos era positivo’, y en verdad que la realidad es completamente diferente”.
El líder de los mercantiles santiagueños indicó que “nadie tiene registrados esa fuentes de trabajo que menciona el Presidente. No es así para nada”.
Luego insistió: “Desde que asumió el Gobierno de Cambiemos se ve más gente que quedó en la calle al perder su trabajo, en todo el país. Por ello, lo que hay es desempleo y no empleo como salió a decir Macri”.
Por último, Víctor Manuel Paz consideró que los dichos del Presidente son mensajes “para afuera mientras los argentinos nos enfrentamos a diario con una realidad lamentable a raíz de la inflación y de la situación comprometida de la clase trabajadora”.

Plan Belgrano: nueva derrota para el Norte argentino

Por el sociólogo Jorge Neme, secretario de Relaciones Internacionales de Tucumán.

Durante la campaña presidencial, el entonces candidato a presidente Mauricio Macri lanzó el Plan Belgrano. Una excelente idea destinada a encender las expectativas y esperanzas del Norte, bajo la impronta de una figura relevante históricamente vinculada a la región.
El Norte sufre un deterioro económico y social desde hace varias décadas y es la región más pobre del país. Su ingreso no alcanza el 50% del ingreso medio del resto de los argentinos, ni al 20% de los ingresos de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires. Su población padece la falta de acceso a la salud, la educación, los bienes públicos y la carencia de oportunidades en sus proyectos de vida. Por eso, tras la victoria de Macri, fue muy auspiciosa la institucionalización del Plan Belgrano, que adquirió rango ministerial.

Cano, “el conductor”

Macri y el tucumano José Cano, que perdió la Gobernación de Tucumán a manos del PJ, y fue designado como responsable del Plan Belgrano.
El Plan tenía como objetivos “el desarrollo y coordinación de las políticas sociales, productivas y de infraestructura que reduzcan la desigualdad en la región Norte”. Iban a llegar millones en inversiones para las 10 provincias del Norte Argentino. Parecía que el proceso de decadencia, inequidad y marginalidad llegaba a su fin, luego de muchas décadas de sufrimientos. La conducción del Plan Belgrano le fue encomendada al tucumano José Cano quien había perdido la Gobernación de Tucumán en manos del peronismo, representado por Juan Manzur. Fue un modo de compensar su aporte a Cambiemos.
Pasados 16 meses, es necesario evaluar la gestión y aporte del Plan Belgrano a superar los desequilibrios que perjudican al Norte. Y lo cierto es que hoy nadie conoce en qué consiste el Plan. No existen políticas, gestión, presupuesto, inversiones ni obras. Ni siquiera se reunieron una vez los diez gobernadores del Norte, que son los interlocutores naturales en ese ambicioso Plan.
Más aún: a casi un año y medio del lanzamiento, no hay un enunciado que defina cuáles son los problemas de la región, la situación de sus cadenas productivas, que realidad tienen los sectores competitivos y dinámicos, quienes cuentan con potencial de crecimiento y cuales requieren atención para alcanzar competitividad. No se avanzó en la tarea primordial de ponerle letra al Plan ni elaborar un discurso sobre la gravedad de la realidad norteña y las propuestas para abordarlo. En paralelo con esta virtual parálisis, la política nacional se fue alejando del Norte y el Plan Belgrano y se orientó hacia los intereses porteños, más acorde con el legado de Bartolomé Mitre. Una figura histórica innegablemente vinculada a Buenos Aires.

Todo para el “Plan Mitre”

Así, mientras el Plan Belgrano se desvanecía, avanzó un verdadero “Plan Mitre”. La ayuda financiera por $25.000 millones para la Provincia de Buenos Aires, obras como el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento por $45.000 millones, la Autopista Ribereña por $9.700 millones, la Autopista Illia Bis por $1.600 millones, el Metrobus Sur por $1.500 millones, la urbanización de la Villa 31 por $320 millones, obras de agua y cloacas por $1.900 millones y las mejoras de las estaciones suburbanas del Ferrocarril Belgrano por $ 3.000 millones, se ejecutan entre otras inversiones con centralidad en la Ciudad más rica de la Argentina mientras los recursos nacionales destinados a inversiones transferidos a las provincias del Norte disminuyeron del 46,3% en el 2015 al 33,9% en el 2016.
El Plan Belgrano podría haber equilibrado la balanza entre Buenos Aires y el Norte, o al menos nivelar en alguna medida este Plan Mitre que fue floreciendo de hecho. Así, en poco más de un año, el Plan Belgrano sin visión, estrategia, autoridad política ni conocimientos, fue convertido en una enorme cáscara vacía y en una nueva frustración para los pueblos del Norte Argentino y sus economías regionales.

lunes, 1 de mayo de 2017

Debate y críticas por intromisiones a “gobiernos progresistas”

Ramón Bernardo Herrera, Ana María Corradi de Beltrán y Maximiliano Ruiz, protagonistas de la mesa panel en la que se abordaron temas referidos a la situación política de Latinoamérica.
“La intromisión del Imperialismo no ayuda a los latinoamericanos a lograr la integración de nuestra Patria Grande”, dijo la diputada del Parlasur, la santiagueña Ana María Corradi de Beltrán.
Esta definición tuvo lugar durante una mesa panel que se realizó en nuestra ciudad Capital, en la que se abordaron aspectos de la situación política en Latinoamérica.
Los disertantes fueron el licenciado en Relaciones Internacionales Maximiliano Ruiz, becario del Conicet, el abogado santiagueño Ramón Bernardo Herrera, presidente del Instituto Jauretche, y la contadora y diputada del Parlasur, Ana Corradi de Beltrán.
Los panelistas expusieron sobre las nuevas modalidades que se aplican en América Latina para destituir a un presidente o a un gobierno progresista y popular.
Por ejemplo, repudiaron juicio de destitución a Dilma Rouseff, en Brasil, quien fue elegida por 54 millones de brasileños; la destitución de Fernando Lugo a través de un juicio político en el Senado de Paraguay; las recientes elecciones en Ecuador en las cuales ganó el candidato oficialista Lenín Moreno, pero su rotundo triunfo fue impugnado por la fuerza opositora, y la situación de Venezuela, actualmente asumida en una crisis política.
Según coincidieron los disertantes, “es imperioso concentrarnos en lo que está sucedieron en América Latina, donde los sectores conservadores con la complicidad de los medios de comunicación impulsan estrategias de acción no violentas, armas psicológicas para lograr el debilitamiento de los gobiernos, en verdaderos golpes blandos y prácticas antidemocráticas”.
Denunciaron que “Venezuela fue privada de ejercer la presidencia del Mercosur y luego suspendida del bloque regional. Ahora, la OEA decide aplicarle la Cláusula Democrática, aduciendo la ruptura del proceso político institucional democrática. Obviamente -concluyeron-, no existe la voluntad política de mantener a la República Bolivariana dentro del Mercado Común”.