jueves, 21 de junio de 2012

¡Basta con Alegre! ¡No se burlen más del santiagueño!


Dos fotos históricas de cómo Zamora pasa, muy rápidamente, del amor al odio.
Cuando las encuestas de Enrique Zuleta Pucceiro otorgaban al entonces intendente de la Capital, Julio Alegre, 20 puntos de imagen positiva más que el gobernador Gerardo Zamora, se pudrió todo. Lo llamó al despacho de la Casa de Gobierno y le recriminó por sus “visitas” a ciudades del interior, donde también Alegre le llevaba ventajas. El ex intendente no se quedó callado y le anunció: “Esta es la última elección que te acompaño. Me quedo en el radicalismo. Vos, si quieres, seguí en el kirchnerismo. Y te anuncio que me voy a presentar como candidato a gobernador”.
Todo Santiago sabe que la charla terminó mal. Que Alegre le revoleó la taza con “café cortado” por la cabeza y hasta le dio un cachetazo.
A partir de allí arrancó la persecución. “La cama” que le hicieron con la detención de un empleado municipal a la salida de un banco. Las denuncias, los allanamientos, la renuncia a la Intendencia, y el encarcelamiento.
Pasaron casi 3 años y Zamora, su ministro de Justicia, Ricardo Daives, sus jueces y fiscales, más su prensa pagada, complaciente y mendicante, tejieron una historia tendiente a demonizar a Alegre. Hasta le “compraron” a los sucesivos abogados y Daives manejó la “instrucción” de la causa.
El cerebro de Daives no puede hasta ahora demostrar o precisar cuánto robó Alegre de la municipalidad. Claro, con la documentación en mano y después de todo el circo, advirtió que el ex intendente dejó 30 millones 800 mil pesos de superávit, más un millón y medio de dólares en la Obra Social de la comuna. 

Cambio de rumbo

Cuando Alegre cambió de abogado, y lo designó a Víctor Daniel Nazar, parece que se vino la noche para el zamorismo. Empezaron a aparecer las gruesas fallas en la “instrucción”, las torpezas de jueces y fiscales, y todas las mentiras de los ex amigos de Alegre, como una conocida notaria, proveedores, funcionarios municipales y personajes de la Casa de Gobierno y de toda laya.
Con Nazar en la defensa técnica, en pocos días se descubrió, por ejemplo, que el jefe de policía, Marcelo Pato, y algunos de su plana mayor, se habían robado todos los bienes secuestrados de los domicilios del ex intendente, y que el juez de la causa los había depositado en la escuela de Policía.
La jueza Rosa Falco instruyó el sumario y ordenó la detención de 24 policías que debían custodiar los secuestros. En algunas declaraciones de los detenidos se deslizó el dato verdadero: “se los llevaron el jefe de policía y otros superiores”.
También toda la ciudadanía terminó por convencerse que el tal Pato y el resto de los jefes de la policía zamorista integran una banda de ladrones. 

Otro circo 

Ahora, como el zamorismo ha comenzado a advertir hacia dónde apunta sus dardos el abogado, “los cerebros” del gobernador volvieron con sus torpezas.
No debe ser otro que Daives el que pergeñó la nueva jugada. Quieren salvar al ladrón de Pato y sus secuaces y, este miércoles 20, Día de la Bandera, la jueza Falco dispuso allanamientos, de nuevo, en domicilios de la familia y de los hijos de Alegre.
Fueron los pesquisas, con la Falco y Pato a la cabeza, a “plantar” pruebas creyéndose que van a hacer creer al santiagueño que los bienes fueron robados por un hijo y a un primo de Alegre.
¡Están sumamente nerviosos y hasta desequilibrados! Esto es muy serio porque se trata de la conducta de un gobernador, ministros, jueces, fiscales y jefe de policía.
¿Cómo hacer aparecer que el hijo y un primo de Alegre robaron los bienes de los depósitos de la escuela de Policía, donde las 24 horas (noche y día) deambulan 400 cadetes, oficiales, suboficiales y agentes, que custodian, justamente, los bienes del establecimiento? 

“Cama” mal hecha 

Queda claro que estamos ante una nueva maniobra político-judicial para salvar los trapos sucios de una complaciente cúpula policial.
Lo interesante es que la defensa advirtió esta jugada y anticipa lo que se proponen “inventar” Daives y sus acólitos.
El defensor de Alegre ya sabe que “la cama” es la siguiente: los policías detenidos (que siguen dependiendo de Pato y del gobierno) “reconocerán”, sin conocerlos, a los parientes del ex intendente (detenidos este miércoles) como los que se encargaron de llevarse los bienes de la escuela de Policía. Además, como ya tienen la foto de la camioneta en la que se conducen los Alegre, seguramente, que los policías dirán que ese fue el vehículo en el que se movilizaban.
Ahora bien, el ciudadano común se pregunta: ¿Qué hacían estos policías del Getoar mientras los parientes de Alegre se robaban los bienes? ¿No se los ocurrió impedir el hurto y detenerlos? ¿Estuvieron presos y se encuentran en disponibilidad, y no se acordaron sobre quiénes hicieron trizas las fajas de seguridad, abrieron los depósitos y cargaron los bienes?
Definitivamente, todo “el caso Alegre” es una farsa.

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