lunes, 28 de diciembre de 2015

¿Qué pasa en Santiago con la Ley de Medios, Afsca y Aftic?

Por Ernesto Picco, periodista, docente e investigador.

Comprender el impacto de las decisiones recientes del gobierno nacional en torno a las comunicaciones nos enfrenta, en Santiago del Estero, ante un problema: a la gran mayoría de las discusiones sobre la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), las hemos seguido a partir de la puesta en escena de los debates y las polémicas en los medios nacionales. Poco, casi nada, hemos discutido sobre su incidencia en las provincias del interior. Entonces, para comprender un poco mejor cómo nos afecta en Santiago esta situación es necesario hacernos tres preguntas: ¿Qué ha cambiado en Santiago a partir de la LSCA? ¿Qué cosas que están en la agenda no se han podido cumplir todavía? ¿En qué afecta el nuevo decreto presidencial y la intervención de Afsca y Aftic?
En Santiago uno de los sectores que más ha crecido es el de las radios comunitarias y educativas. Por el artículo 49 de la LSCA, que establece la adjudicación de frecuencias para radios en zonas de alta vulnerabilidad social, se regularizó y fortaleció a las radios campesinas de la Occap en San José del Boquerón y de Afoveppa en El Hoyón. Además se entregaron licencias a cinco radios de pueblos originarios en Monte Quemado, Pampa Pozo, Pinto, Villa Ojo de Agua, y Las Lomitas. En todos los casos, se trata de radios en lugares del interior donde hay escasa llegada de los grandes medios y de las telecomunicaciones en general, y en los que la radio comunitaria cumple un rol fundamental para organizar la vida social, económica y cultural.

Radios de jóvenes estudiantes

La radio comunitaria de Campo Gallo fue noticia mundial cuando el papa Francisco habló desde el Vaticano con dos curas amigos.
En el sector educativo, se han instalado siete radios en los Centros de Actividades Juveniles (CAJ) de escuelas secundarias. En instituciones de Selva, Los Pirpintos, Los Telares, Monte Quemado, Taboada y Capital, se han incorporado equipos y recursos humanos para que los estudiantes generen su propio contenido y se vinculen por vía de la radio entre sí y con la comunidad más allá de los límites de las propias escuelas.
Lo mismo ha ocurrido con las radios de los Institutos de Educación Superior (IES): tres emisoras en Campo Gallo, Las Termas y Frías han abierto la posibilidad para que los futuros docentes se empiecen a vincular con el medio radiofónico y producir contenidos para sus comunidades.
Estos avances han significado el fortalecimiento de pequeños espacios comunicacionales locales, pero también ha habido algunos movimientos en el ámbito de la comunicación santiagueña, con incidencia en el contexto provincial y nacional. El artículo 153 de la LSCA faculta al Poder Ejecutivo para “implementar políticas públicas estratégicas para la formación y defensa de la industria audiovisual nacional”. Así, organismos como el Instituto Nacional de Artes Audiovisuales, Canal Encuentro, Afsca, el Ministerio de Planificación y la Secretaría de Políticas Universitarias, ha financiado, mediante concursos abiertos, la producción de contenidos federales de alta calidad para las pantallas locales y nacionales.

Unse y Canal 7

En la pantalla de Canal 7 de Santiago del Estero pudo verse este año el programa cultural “Ideas en Trama”, producido en este contexto con fondos nacionales, y distinguido como mejor magazine del país en el Premio Nuevas Miradas de la Televisión, de la Universidad Nacional de Quilmes. También se produjo la serie de docuficción “Santiagueños”, sobre personajes de la historia de nuestra provincia, emitida por Canal Encuentro para todo el país, y disponible para ver online.
Hay otras producciones locales con financiamiento del Estado nacional que no han tenido pantalla, pero han sido proyectadas en festivales y encuentros audiovisuales, y están disponibles en el Banco de Contenidos Audiovisuales para ver online, como los documentales “Dulce y Salado” y “Salavinamanta”. En este banco de contenidos hay más de 700 producciones que suman 3.000 horas de contenidos generados en distintos puntos del país.
En este escenario también se fortalecieron los medios de las universidades públicas de todo el país. En Santiago, la Unse recibió nuevos equipamientos para sus medios, incorporó recursos humanos, y sumó presupuesto para la producción audiovisual. Una pequeña parte de su producción puede verse en la pantalla de Canal 7, con el magazine “Portal Unse” que se emite los sábados a la siesta, y el micro “Infounse”, que se emite los lunes y viernes.
El pasado 9 de diciembre se realizó el evento “De la comunidad a la pantalla”, donde se presentó un adelanto con todas las demás producciones de la universidad que incluyen una amplia variedad de formatos que se podrán ver el año próximo, y del que aquí hay un adelanto. También pudo verse la producción de spots audiovisuales realizados por organizaciones locales ganadoras de Fomecas.
Mientras tanto, están en etapa de producción otras propuestas locales que marcan un antes y un después en el audiovisual de nuestra provincia: “Contratados”, la primera comedia hecha en Santiago para la televisión nacional, y la “La Costilla de Eva”, una serie de 39 capítulos sobre historias de mujeres. Está previsto que ambas puedan verse en 2016.
En estos seis años se suman además varias decenas de capacitaciones realizadas en la capital y el interior de la provincia sobre comunicación comunitaria, producción audiovisual, y la vinculación de la LSCA con temas como género y niñez. Además de la capacitación y entrega de licencias a locutores santiagueños, que antes debían viajar a Buenos Aires para poder obtenerlas.

Deudas pendientes

En los últimos años se han sumado más voces en la radio y la TV de Santiago del Estero. (Foto: Luciana Cano).
Estos años de vigencia de la LSCA en Santiago han dejado también muchas dudas y temas sin resolver. Una de ellas “es el ordenamiento del saturado espectro radioeléctrico en Santiago y La Banda, donde hay más de 90 radios FM, entre las cuales hay muchas que funcionan como máquinas de vender publicidad, bajando la señal de radios de Buenos Aires, y sin generar contenido propio. En esa línea, ha faltado además garantizar la cuota de producción propia e independiente en la pantalla de televisión y las emisoras de radios locales, que está establecida en la ley.
La LSCA también contempla la adjudicación de licencias para canales universitarios, y la Unse ha empezado este año la construcción del edificio de su canal en el Zanjón. Se estima que Unse Tevé debería tener señal propia y empezar a trasmitir en el plazo aproximado de un año y medio. Garantizar que este proceso no se detenga será una tarea fundamental si se pretende avanzar en uno de los temas que son fundamentales para Santiago: desmonopolizar la televisión por aire.
La cuestión de las medidas para desconcentrar el sistema de medios ha sido un problema que en algún momento habrá que replantear. A nivel nacional el enfrentamiento del kirchnerismo con el Grupo Clarín ha concentrado gran parte de la discusión por la LSCA, soslayando otros notables avances y deudas pendientes.
Más de una veintena de grupos de todo el país ha presentado en tiempo y forma sus planes de adecuación, entre ellas el Grupo Ick de Santiago del Estero. No se ha discutido, y queda la duda, de si los parámetros que se han establecido para la desconcentración de medios en el orden nacional, puede ser reamente efectiva en los escenarios sub-nacionales.
La otra deuda tiene que ver con la regulación de internet y la convergencia. Una de las primeras críticas que se le ha hecho a la LSCA es que “nació vieja”, porque no atendía a este tema. La creación de la Ley Argentina Digital y la Aftic fue un intento de parchar esta falta. Y hoy, es el primer argumento esgrimido por el gobierno del Mauricio Macri para avanzar sobre todas las demás conquistas alcanzadas en estos años.

¿Marcha atrás?

La conferencia que el ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, brindó para anunciar la intervención de Afsca y Aftic y su adecuación a la nueva Ley de Ministerios, tuvo dos argumentos centrales: el primero fue la necesidad de reorganizar el control y la regulación de la convergencia, y el segundo, el papel del titular del Afsca: “Sabbatella se ha mostrado en todo el tiempo como un militante político y ése no es el espíritu que debe tener”, dijo el ministro. Sin embargo, designó en el cargo a Agustín Garzón, un férreo militante del PRO, como puede verse en esta nota publicada por la Agencia Paco Urondo.
Distintos organismos se han pronunciado en contra de la decisión gubernamental. La Coalición por una Radiodifusión Democrática, la Redcom, que nuclea a las carreas de comunicación de todo el país, e incluso el Foro de Periodistas Argentinos, han emitido los comunicados que más circularon en estas horas. En tanto, en Santiago se realizaron concentraciones los dos últimos martes de este mes en la plazoleta Ramón Carrillo, junto con las manifestaciones que se hicieron en distintas provincias del país.
Aguad dijo que “la ley de medios no se toca por ahora”. Pero ha anticipado en diferentes oportunidades que lo que se busca es avanzar a un sistema de libre competencia de medios en el mercado, asimilando otra vez la libertad de expresión, con la libertad de empresa.
El principal aporte de la LSCA y los debates previos y posteriores a su sanción ha sido la institucionalización de un paradigma que concibe a la comunicación como un derecho humano. Con esa idea como eje, se ha trabajado en su aplicación con aciertos, errores y faltas. Pero ahora se busca dar marcha atrás, volviendo al paradigma de libre mercado que, si ejercitamos la memoria, sabemos a dónde lleva: a la unificación de los discursos mediáticos, a la invisibilización de las voces disidentes, a la precarización laboral y a la concentración de la producción de bienes culturales en Buenos Aires.
Evitar ese destino estará en la capacidad de organizarnos que tengamos en las organizaciones sociales, los grupos de comunicadores populares, las universidades y las instituciones intermedias, para evitar el avance de los avasallamientos contra el derecho a comunicar. Gran parte del pueblo argentino se ha percatado en estos años que otra comunicación es posible, que hay sectores que pueden reclamar protagonismo en la esfera pública y ganarlo. Esa toma de conciencia no se puede quitar por decreto, y es un triunfo en el camino hacia una comunicación más democrática, que tiene en nuestro país más de treinta años de historia y de lucha comprometida.

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