viernes, 11 de septiembre de 2009

El caso Tuppo o el gran deschave judicial


Por Miguel A. Brevetta Rodríguez (Nota I)

El desmadre institucional se extiende a lo largo del territorio nacional sin ningún tipo de limitaciones. Este modelo argentino “para armar” ni contesta ni responde, al ideal de país que aspiramos para este tiempo y para las futuras generaciones de argentinos que pretenden volver a figurar en los cuadros comparativos de la estadística mundial.

Pensamos que la ficción debe tener un límite de razonabilidad dentro del contexto político nacional, pero lo que está ocurriendo a diario en las esferas del poder nos lleva a confundir el drama con la comedia, lo serio con lo absurdo, y lo que “debe ser” viene a manifestarse travestido de burla y frustración cuando irrumpe en la escena nacional una banda de atorrantes que se autodenominan “progres”, y que dicen estar a la vanguardia del orden establecido por nuestras instituciones en las que todavía creemos.

En estos días, la prensa nacional nos informa que Hernán Tuppo, actual secretario de la Fiscalía de Saavedra (barrio porteño) a quien el ex interventor federal en nuestra provincia, Pablo Lanusse, lo ungiera como juez del Crimen de segunda nominación entre mayo de 2004 y marzo de 2005, tenía en su poder, antes de que lo repartieran, una copia con las respuestas del examen que estaba a punto de rendir para el cargo de juez Federal de Paraná.

De inmediato fue denunciado por otros aspirantes y el atorrante se negó a entregar la evidencia cuando fue compelido por el director del concurso, quien formuló denuncia penal en su contra, interviniendo el juez de turno, Gustavo Zonis, quien ordenó requisar al concursante obteniendo de entre sus pertenencias no sólo copias del caso que se había sorteado, sino de otros elementos relativos al concurso que nunca podrían haber estado en poder de ningún concursante.

No podemos menos que preguntarnos: ¿de dónde consiguió el temario y sus respuestas este intrépido funcionario judicial que no dejó concurso sin presentarse para acceder a una magistratura, desde que terminó sus funciones en esta provincia? ¿Tenía cómplices entre los integrantes del jurado? ¿O es que lo enviaron desde el P.E.N. para integrar la nomina de jueces funcionales a la gestión?

Llama la atención que ocurran estos ilícitos y que sean descubiertos justo en el momento en que se encuentra tan cuestionado el Consejo de la Magistratura, que viene imponiendo “con el dedo” a concursantes ampliamente cuestionados por lo propios integrantes del cuerpo que los elige.

Este delito infraganti en contra de la fe pública no debe dejar de ser investigado porque atenta precisamente contra el valor justicia y sus representantes ya “que nadie más que el jurado debería conocer los exámenes. En este caso, lo integran el juez de Santiago del Estero Alberto Pravia, Daniel Morín y los profesores Ignacio Tudesco y Gustavo Costa (ex juez de tribunal oral).

Ahora serán inevitablemente investigados. “Son funcionarios públicos y acá puede haber un delito”, explicó el consejero. “Esto es un escándalo -protestó el doctor Cabral, presidente del tribunal que tomaba el examen- y no es por culpa del sistema de selección, es un caso de corrupción, corrupción en las personas.” (1)

Pero es público y notorio que Hernán Tuppo se viene presentando desde hace años en cuanto concurso, llama a cubrir cargos para jueces, y al parecer, hasta el momento la suerte le ha sido esquiva.

¿No contará con adecuada preparación profesional para acceder al cargo por meritos propios? ¿O se trata de colocarlo por todos los medios posibles -incluido los ilegales- dentro de la estructura judicial por ser hombre afín a la gestión de gobierno?

Algo huele mal y se está a punto de descubrir, de donde proviene el mal olor.


1- Diario Pagina 12 “Candidato a Juez in fraganti” por Irina Hauser, 6/8/2009.-

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