miércoles, 3 de agosto de 2011

Tucumán: Torturan a un escribano, acusado injustamente

El escribano tucumano Benedicto, encarcelado injustamente y torturado ferozmente por órdenes de funcionarios y jueces de los derechos humanos.
Si bien el negocio de los derechos humanos es uno de los principales focos de corrupción del Estado -organizado oportunamente por el matrimonio Kirchner-, utilizando a la Fundación Madres de Plaza de Mayo en beneficio de su enriquecimiento personal, resulta inédito en la República Argentina (durante un gobierno que se dice democrático), la aparición de un caso de tortura a un preso político en la cárcel penitenciaria de Villa Urquiza, de la provincia de Tucumán.
Se trata del escribano Juan Carlos Benedicto, quien fue torturado por un guardia cárcel, resultando con una seria lesión en la rodilla y afectado también el aparato auditivo. Como consecuencia de ello, la defensa presentó una denuncia ante el juzgado Federal número uno de Tucumán por apremios ilegales. El detenido recibió atención médica y fue enviado a recuperarse a su domicilio.

Una injusticia

Stella Maris Córdoba.
Si bien este caso de tortura resulta escandaloso, más escandalosas aún resultan las razones y circunstancias por las cuales Benedicto fue enviado a la cárcel.
El escribano se habría negado a concretar una escritura con datos falsos, con la finalidad de beneficiar a la diputada nacional por Tucumán, Stella Maris Córdoba, amiga y delegada personal de la Presidente de la Nación, integrante del Consejo de la Magistratura de la Nación, e instrumento fundamental en el aparato de chantaje a jueces federales, montado por la Casa Rosada en las “causas armadas” por presuntas violaciones a los derechos humanos.
Al frustrarse, por la negativa del escribano, la recepción de una importante suma de dinero por parte de la legisladora nacional, ésta decidió utilizar todo el poder a su disposición para vengarse.
Eduardo Luis Duhalde.
Con la participación de Eduardo Luis Duhalde, que aportó un testigo falso para que mencionada al escribano Benedicto como integrante de los servicios de Inteligencia en los años ’70 (a pesar de contar con solo 17 años en esa época), y la complicidad de fiscales, secretarios, jueces militantes de derechos humanos y camaristas complacientes, Benedicto fue enviado a la cárcel, y allí torturado.
Los antecedentes del caso los tienen los “abogados para la concordia”, quienes la presentarán ante los organismo internacionales correspondientes, ya que los fiscales que deberían intervenir para investigar los hechos son militantes de los derechos humanos, nombrados ad-hoc que reciben dinero de Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos y fundador de grupos guerrilleros de la década del ’70.

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