Admirar con restricciones

Por Jorge Lanata, en diario Libre, de Buenos Aires.

Mientras nadie le explica a Alfonsín la diferencia entre aparecer decidido o indignado y gritar como un marrano en los spots de campaña, Cristina sigue explotando su tono coloquial e insertando, en los discursos, comentarios de actualidad, como una columnista de noticiero:
-El mundo recuerda hoy a Steve Jobs -dijo en la inauguración del Polo Tecnológico-, una de esas personas que a uno le hubiera gustado conocer porque son cabezas importantes.
Más allá del pequeño recurso megalómano -¿cómo se le ocurre a Steve morirse sin conocerla a Ella?- la Presidenta siguió:
-Me impresionó mucho una cosa que leí hoy sobre este hombre. Leí que dijo que la muerte era el mejor invento porque permite que lo viejo sea sustituido por lo nuevo.
Aplausos. Fin de la cita presidencial sobre el discurso de Jobs a los graduados de Stanford. Fiel al doble discurso, el gobierno puede admirar al autor y despreciar su obra: en la diagonal de la escena, más de 600 iPhones vegetan en la Aduana bajo el zapato de Guillermo Moreno. iPhone es propiedad de la firma Apple Computer Inc., y a principios de este año la firma coreana Samsung anunció su intención de fabricar 50 mil teléfonos inteligentes por mes en Tierra del Fuego y así aprovechar la Ley 26.539, que favorece la producción nacional. Por eso ninguna operadora de telefonía celular local ofrece hoy ese producto, ni siquiera para recambio. Moreno restringió entonces la entrada del iPhone 4, que tampoco tiene planes de producción en la Argentina, y no descarta, en un futuro cercano, prohibir la llegada de computadoras, ya que por su lado BGH, Newsan y Athuel Electrónica se han comprometido a fabricar notebooks en la región. En el caso de los teléfonos, ni la firma de Jobs ni los canadienses que fabrican BlackBerry tienen plantas de ensamblado subcontratadas en Tierra del Fuego, como sí poseen Samsung, Nokia, LG, Motorola y Alcatel.
Pero la veda de Apple no afecta a la Presidenta a título personal: ella sigue utilizando su MacBook Air de tres mil dólares, regalo del empresario mexicano Carlos Slim, una de las fortunas más importantes del mundo.