sábado, 8 de enero de 2022

Eduardo Maidana era un intelectual

Por Antonio Calabrese.

Eduardo José Maidana, evocado por el abogado y escritor Antonio Calabrese.

Una palabra que lo define, pero que es difícil de explicar.
Nace como un ataque, pretendidamente descalificador, a los defensores de Dreyfus (Zola, Anatole France, Claude Monet, etc.) o sea a los adalides, en ese caso, nada menos que de la justicia, todos ellos hombres de la cultura, de las letras, de las artes, pero culminaría, como no podía ser de otro modo, como un ícono del prestigio representado por ese minúsculo sector de la sociedad que sobresale por su pensamiento, sus estudios y su vinculación con la realidad.
Los intelectuales son tan relevantes a sus contemporáneos, que tanto los poderes religiosos como los políticos califican más alto cuando se les acercan.
Desde ese carácter, Eduardo Maidana en Santiago del Estero, estuvo presente, siendo aún muy joven, tanto en los grupos católicos como en los políticos que siempre lo reconocieron como un referente.
La verdadera dimensión de un intelectual en la sociedad podría entenderse con mayor precisión a partir de quienes integran el mundo de las ideas y en ese sentido hay coincidencias desde un extremo al otro del pensamiento.
Son los propios intelectuales quienes mejor se definen.
Teilhard de Chardin, por un lado, el sabio antropólogo y filósofo jesuita, seguramente más próximo ideológicamente a él, diferenciaba al ser humano del resto de los antropoides por siete sentidos con cuyo desarrollo llegaba al fenómeno central de la reflexión que es el poder de una conciencia de replegarse sobre sí misma advirtiendo no solo el saber si no a saber que se sabe y por eso su contacto con la realidad es imprescindible y trascendente.
Cuando esa condición se distingue a alguien sobre el común, se lo señalará como un intelectual.
Eduardo Maidana calificaba en esa dimensión.
Desde el polo opuesto, de ideas mucho más lejanas, desde el marxismo, aunque en singular sinonimia, Antonio Gramsci, en una de sus cartas fechada el 29/1/16 decía que la cultura “Es organización, es disciplina del yo interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior consciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y sus deberes”.
Maidana lo entendía muy bien y lo demostraba permanentemente en su acción, siempre gobernada por la prudencia y el equilibrio del juicio, fundamentando sus acciones y sus consejos, primero desde el periodismo que ejerció vocacionalmente, luego en sus libros, culminando, entre otras actividades, en la participación como fundador, en uno de los hechos más trascendentales en la historia santiagueña de los últimos 100 años como fue la creación de la Universidad Católica que transformó la vida y las esperanzas de un pueblo cuya expectativa de saber se encontraba en la emigración y ahora empezaba a poder estudiarse a sí mismo.
Su actuación política trascendió a la partidocracia y se recuerdan las expresiones laudatorias sobre su persona, que emitieran hombres de distintas extracciones políticas y que fueron muy importantes en la vida del Estado, cuya opinión requerían en más de una oportunidad, como los doctores Carlos Arturo Juárez y Carlos Jensen Viano, que la gobernaron en varias ocasiones y los doctores Francisco Cerro, que además de senador nacional fue maestro de numerosas generaciones de santiagueños y tucumanos en el derecho constitucional y político o Jaime Verdaguer González profesor también de Derecho, esta vez Civil y en su momento rector de la Universidad Nacional de Tucumán, entre otros personajes relevantes.
Porque como decía el mencionado Gramsci, “Todo es político, incluso la filosofía o “las filosofías” y la única filosofía es la historia en acto, o sea la vida misma.” 
Sus biógrafos, sus amigos, sus compañeros, se encargarán de retratar al hombre de la cotidianeidad, nosotros intentamos contribuir a hacerlo parcialmente recordando solo a un aspecto, al hombre del conocimiento al que la sociedad santiagueña le rendirá honores con su recuerdo como ejemplo.

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