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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Otro paso dio la ley de servicios de comunicación audiovisual

El Gobierno dio un nuevo paso en la puesta en marcha de la ley de servicios de comunicación audiovisual y, tras reglamentación de la norma, publicó hoy una resolución que establece que a partir de manana correrá el plazo de un ano para que grupos concentrados se desprendan de licencias.
El mecanismo está contemplado en el artículo 161 de la también llamada ley de medios, que la semana pasada se puso en vigencia con su reglamentación, y hoy fue formalizado mediante la publicación en el Boletín Oficial de la resolución 297/2010, que lleva la firma de Gabriel Mariotto, titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual.
"Establécese que el plazo no mayor a un ano previsto por el artículo 161 de la Ley 26.522, comenzará a regir a partir del día siguiente de su publicación en la presente resolución", dispone la medida que consta de tres artículos y un anexo que detalla qué deben hacer los medios que tengan más licencias de las permitidas.
Una de las opciones es la adecuación voluntaria, donde los titulares de las empresas que no cumplan con los requisitos podrán "iniciar el trámite de adecuación mediante declaración jurada, a través de la cual propongan la regularización de su situación".
Otra alternativa es la adecuación por transferencias, que podrá ser voluntaria en caso de que el titular de la empresa presente una propuesta con un potencial adquiriente de alguna de sus licencias y que la misma sea autorizada por la autoridad de servicios de comunicación audivisual.
 En caso de no encontrar en un plazo de 180 días un potencial comprador o si resultara rechazado, la resolución aclara inmediatamente que se podrá autorizar al organismo que conduce Gabriel Mariotto para que oferte públicamente las licencias o bien realice un concurso de precios y condiciones de adquisición.
En tanto, en caso de que los titulares de las licencias no diera cumplimiento a las disposiciones de la ley y sus reglamentación en los tiempos previstos, se dispondrá la transferencia de oficio.
Por otra parte y también en el marco de la puesta en marcha de la ley de medios, se publicó hoy la resolución 296/2010, que establece las pautas para el ordenamiento de las grillas.
Así, los titulares de los servicios audiovisuales por suscripción de televisión por recepción fija deberán ordenar las señales en forma tal que todas aquellas que correspondan al mismo rubro de programación se encuentren ubicadas en forma correlativa.
Según la disposición, Canal 2 será para un canal de generación propia local, el 3 para TN, el 4 para América 24, el 5 para C5N, el 6 para Crónica TV, el 7 para Canal 26, el 8 para CN23, el 9 para América, el 10 para Telefé, el 11 para la Televisión Pública, el 12 para El Trece, el 13 para el 9 y el 14 para Encuentro.
En tanto, a partir del canal 15 en adelante deberán colocarse las señales deportivas, luego las infantiles (comenzando con Paka-Paka), a continuación las periodísticas internacionales (comenzando con Telesur) y, finalmente, las restantes agrupadas por género, comenzando, si existiese, por la señal del género del bloque producida por el Estado nacional o donde éste sea parte.
La resolución también ordena la grilla para los servicios por suscripción de televisión por recepción fija, cuyos cabezales se encuentren fuera del área cobertura de los de televisión abierta, y para los licenciatarios de servicios por suscripción satelital.
Según se dispone en la medida publicada en el Boletín Oficial, los cambios comenzarán a regir a partir del 1 de octubre de 2010.

sábado, 17 de octubre de 2009

Ley de medios y "Estado mayor"


Por Liliana de Riz, politóloga (UBA, Conicet), y coordinadora de Informe de Desarrollo en el PNUD Argentina.

En un clima enrarecido por las sospechas de canje de votos por favores personales o para las arcas fundidas de las provincias representadas por senadores que súbitamente apoyaron la ley que habían cuestionado, se aprobó con una holgada mayoría la ley de radiodifusión presentada por el gobierno.

La nueva ley nació de un trámite atropellado en Diputados que desconoció los reglamentos y a ritmo febril llegó al Senado, tras la derrota electoral del oficialismo el 28 de junio y cuando faltaban apenas dos meses para que ingresen los nuevos legisladores. La premura por tratar esta ley confirma, una vez más, que para el oficialismo lo que importa son los objetivos y las formas son lo de menos: se amañan al gusto del que manda. No importa cómo, lo importante es conseguir una mayoría sumisa. Tampoco vacila el gobierno en echar mano a brutales modales para obtener lo que quiere.

El tratamiento de la ley de medios arroja nuevas luces sobre el modo de gobernar del matrimonio presidencial que continúa erosionando la ya escasa credibilidad de las instituciones. Esta es una ley arcaica que se nutre del ideario del primer peronismo, a pesar de que el mundo ha cambiado y mucho, desde entonces. Para esta concepción del poder, el Estado debe controlar la información e impedir que los medios "deformen" la realidad, hagan perder elecciones, "secuestren" goles y lleguen a ejercer un poder "destituyente", porque no sería otra la función de los "generales mediáticos" que la de "aniquilar" gobiernos democráticos. La venganza contra un multimedio que hace poco el gobierno ayudó a consolidar se presenta como un acto de justicia. La defensa del pluralismo enmascara que serán los censores del gobierno quienes decidan contenidos y licencias y que la ley despeja el camino para habilitar negocios a los amigos.

Cosa triste, el Estado y el gobierno siguen confundidos. El Estado está colonizado por los intereses del gobierno de turno y es fuente de infinita corrupción. Nadie defiende los monopolios sino quien los tiene, pero lo que está en juego en esta ley es disciplinar los medios a la voluntad política del gobierno antes que multiplicar las voces.

Para Cristina Kirchner, la democracia es el gobierno de la mayoría y la oposición debe esperar el próximo turno electoral; el oficialismo representa al pueblo, mientras que los opositores representan el antipueblo, sean los "monopolios mediáticos" o la "oligarquía vacuna". El derecho de las minorías es arrasado.

La presidenta y su esposo, como el general Perón, se apoyan en una ideología que José Luis Romero denominó de "Estado mayor" para persuadirse de que su empresa de conquista de poder personal es, en verdad, un esfuerzo heroico por dar a los argentinos una sociedad mejor.

Nada es lo que parece en esta Argentina. Los gobernadores fiscalmente dependientes instruyen a sus legisladores para votar conforme a los designios de la presidencia de la Nación, sin disimulo. El federalismo es también una ficción. Mientras tanto, la pobreza, la recesión, la inseguridad, el derrumbe de la educación y la salud continúan. Creer que el control de la información en el mundo actual consolida el poder es mirar al país como el coto de caza privado que todavía es la provincia de Santa Cruz.

Sin embargo, este liderazgo de comarca se alimenta en el terreno fértil que es la recurrente tentación de los argentinos de vivir en el ensueño en vez de aceptar la triste realidad. ¿Podrán los Kirchner seguir construyendo el país de ficción con las estadísticas falsificadas del Indec, las cuantiosas cifras de la propaganda oficial y la aspiración a controlar los medios de comunicación? ¿Ayudará la eventual mejora de la economía a que el retrato de la ilusión persista? ¿Cuándo estallará esta burbuja?

La situación de la Argentina es grave, pero como dijo refiriéndose a Italia el guionista de Federico Fellini, Ennio Flaiano, "es grave, pero no seria."

El argumento de que es mejor cualquier ley que una de la dictadura, con el que fundamentó su sorprendente voto el socialismo, nos muestra que estamos demasiado acostumbrados a aceptar lo que tenemos como lo mejor posible, detenidos en el pasado sin poder imaginar el futuro.

¿Cuándo podremos hacer buenas leyes surgidas de sólidos consensos destinadas a ser marcos regulatorios estables de los comportamientos? Cuando eso ocurra, habremos de vivir en un país serio. El Congreso no será un remate de voluntades. La oposición podrá llegar a convertirse en alternativa y el futuro dejará de ser pura amenaza.

miércoles, 14 de octubre de 2009

El “Beto” Fernández contra la ley de medios



El abogado Alberto Ángel Fernández, que entre 2003 y 2008 fue jefe de gabinete del gobierno de la Argentina, cree que la Ley de Medios Audiovisuales aprobada por el Senado de su país "tiene un exceso de intervención" del Estado que, a su juicio, no afectará a la libertad de expresión.

Dijo que esta norma tiende a eliminar "la posición dominante de los monopolios", es decir, tiene "un exceso de intervención del Estado pero no en el fondo, ya que no se producirá una privación de la libertad de expresión".

En su opinión, el problema de la Argentina respecto a los medios de información es su "concentración", lo que ha motivado la aprobación de esta ley impulsada desde el gobierno de Fernández de Kirchner, "una forma de limitar la capacidad empresarial para tener medios".

El origen del conflicto surgido radica, a su modo de ver, en la formas de presentarla, ya que llega "en un momento de mucha rigidez entre el gobierno y un grupo mediático concreto".

Alberto Fernández también consideró que el mayor problema que puede tener esta ley es el periodo de desinversión de las empresas, para lo cual "habría que dar más tiempo, pero no es justo decir que priva la libertad de expresión".

"Es un cambio muy drástico en la reglas de juego", sostuvo, antes de agregar que su articulado busca "hacer plural el debate periodístico".