domingo, 1 de marzo de 2009

Casa de Gobierno con muchos al borde de un ataque de nervios


Por Virginia Vulrrich

Gritos y desbandes por despachos y pasillos de la Casa de Gobierno. Después de su mensaje sereno para que todos sus funcionarios administren con austeridad, esta vez el gobernador Gerardo Zamora montó el cólera cuando se enteró de los que se gastó en teléfonos, en fotocopias.

Semana dura, la pasada, muy dura para los habitantes de la calle de Rivadavia. Claro, no cierran las cuentas y el botón rojo se encendió desde Buenos Aires pidiendo explicaciones del desfase financiero. ¿Yo Señor… no Señor?

Pero las cosas no están como deben. Gritos y golpes de mesa, corridas varias, cabezas gachas y sermones varios fueron los protagonistas de una agónica semana, a que mejor es olvidarla.

Pero, estos no son amores de los que se olvidan fácilmente, porque llegó la hora de la rendición de cuentas.

La cuenta de teléfonos, sólo en la Casa de Gobierno, superó el millón y medio. ¿Con quién hablaban tanto?, ¿con Obama? Solución: nadie mas habla por teléfono de los despachos oficiales. Cada ministerio paga con sus propios recursos los gastos que allí se originen. Y los celulares, se pagan con la plata de los bolsillos de cada uno. Y no se habla más del tema.

En medio de las discusiones se presentó graciosamente el subsecretario de Deportes caminando orgulloso, porque había comprado una camioneta (0km) para su dependencia.

-“¡Queeeeeeeé!!”, dicen que reaccionó el gobernador Gerardo Zamora, indignado.

-“¿Vos sos b......... o me estás j...........o?”

-“A esa camioneta la devuelves ya, y no escucho más explicaciones”.

Todo de mal humor, algo poco frecuente en el primer mandatario.

El jefe mayor ingresó a otra dependencia y fue peor el griterío que se escuchaba en toda la manzana. ¿Qué pasó? Resulta que el ministro de la Producción, Luis Gelid, había desembolsado la grosa suma de 500.000 pesos para limpiar el Canal Virgen del Carmen en Campo Gallo. En los pagos de Amado Tomás “Bochi” Chamorro, el funcionario le dio la obra a un amigo suyo, viejo radical, de apellido Chávez, pero resulta que cuando se fue a verificar ni siquiera le habían pasado con una escoba al canal.

En la oficina del frente peleaban el ministro de Economía, Atilio Chara, con el subsecretario de Desarrollo Social, Enerio Lugones, porque no había un solo peso para gastos de comedores.

Por otra parte, fastidiado por esta suerte de desmanejo generalizado, sobre todo en el interior y entre sus aliados de las autodenominadas “Bases Peronistas”, el gobernador habría alertado:

-“¡Esto no puede ser!”, repitió el mandamás, quien amplió: “a partir de mañana auditoria propia para comisionados e intendentes del interior.

Es que resulta que el comisionado de Arraga pidió plata para refaccionar el cementerio y se compró una camioneta 4x4 para salir de paseo los fines de semana.

Y, para el colmo, los muchachos de Vialidad están que trinan, porque no cobran desde hace seis meses los proveedores y así no pueden viaticar, porque no hay nada para verificar.

En otro orden de cosas, ¡cómo se puede pensar que de los 143 vehículos que tienen entre la policía provincial y el Ministerio de Salud y la subsecretaría de Desarrollo Social: 70 están fundidos, 40 fueron volcados y el resto no funciona correctamente.

Así no hay plata que alcance.

Con razón los muchachos están al borde de un ataque de nervios.

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