domingo, 1 de marzo de 2009

“En nombre de los Derechos Humanos se convierten en destructores de la vida”


Los obispos Francisco Polti, de Santiago del Estero, y Edgardo Torrado Mosconi, auxiliar, abordaron en su mensaje de Cuaresma al reciente caso de un aborto de una joven en nuestra provincia, alentando a los cristianos a “anunciar, promover y participar de la vida”.

Los obispos Francisco Polti, de Santiago del Estero, y Edgardo Torrado Mosconi, auxiliar, alentaron a los cristianos a “anunciar, promover y participar de la vida: la vida de la creación en todas sus formas, la vida humana en todas sus etapas, desde el acto procreador hasta el último suspiro vital, y la vida de Dios, que plenifica nuestra historia y a la vez la trasciende”.

Asimismo, exhortaron a asumir la vocación de “ser profetas que anuncien y protejan la vida en todas sus dimensiones, especialmente en aquellos momentos en que se encuentra más vulnerable y amenazada”.

“Hoy se puede observar con asombro y dolor cómo muchos hermanos, algunos incluso confesos seguidores de Jesús y su Evangelio, han dejado de valorar la vida y de defenderla desde los lugares que ocupan en la sociedad. Más aún, a veces en nombre de la libertad y de los derechos humanos se han convertido en destructores de la vida, ejemplo de esto es el aborto y la eutanasia, entre otras conductas que minusvaloran y desprecian la vida”, advirtieron en el mensaje de Cuaresma conjunto.

Los prelados santiagueños afirmaron que “no caben dudas, de que estas configuraciones culturales que se pretenden imponer, y que propician una ‘anticultura de muerte’ tienen como causas ‘el eclipse del sentido de Dios y del hombre’…. Quien se deja contagiar por esta atmósfera, entra fácilmente en el torbellino de un terrible círculo vicioso: perdiendo el sentido de Dios, se tiende a perder también el sentido del hombre, de su dignidad y de su vida”.

Sin embargo, destacaron que “la gran mayoría de las mujeres y hombres de nuestra querida tierra santiagueña valoran la vida, por eso ‘bendecimos al Padre porque todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, puede llegar a descubrir, en la Ley natural escrita en su corazón, el valor sagrado de la vida humana, desde su inicio hasta su término natural, y afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo”.

Los obispos Polti y Torrado Mosconi subrayaron que “en el reconocimiento de este derecho, se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política”, y recordaron que los obispos de Latinoamérica reunidos en Aparecida alentaron a mujeres y hombres a ser “profetas de la vida, a dar testimonio educando a sus hijos para respetar y proteger este valor supremo, a participar en la comunidad fortaleciendo los lazos de convivencia y a construir una comunidad política que se sustente en la valoración y promoción de la vida humana y su dignidad inviolable”.

“La familia es el santuario en donde se gesta y sostiene la vida humana, la primera escuela de vida cristiana y ‘escuela del más rico humanismo’; por eso la Iglesia, que es casa y familia de todos, la cobija y acompaña para que en ella los hombres puedan vivir en comunión, para que en cada hogar se experimente la cercanía misericordiosa de Dios que nos llama a vivir en el amor. En la familia recibimos la vida, la primera experiencia del amor y de la fe, en ella aprendemos por el testimonio de nuestros padres a amar a Dios y descubrimos nuestra vocación de ‘discípulos y misioneros’ de Cristo”, concluyeron.

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