viernes, 21 de agosto de 2009

Cuando la ley es la trampa

Una norma que ya tiene media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación incrementa los impuestos a los productos informáticos hasta en un 35 %, que junto al decreto que beneficia la producción de bienes tecnológicos en Tierra del Fuego, constituyen, combinados, un cóctel explosivo que perjudicará de manera severa el mercado nacional e incrementará la brecha digital.

El proyecto de ley fue tratado y recibió la media sanción en la Cámara baja, tras un debate pobre donde se notó un gran desconocimiento por parte de los legisladores sobre cómo funciona y qué puestos de trabajo genera la industria tecnológica nacional en diversas provincias del país.

La nueva norma establece que tecnológicos e informáticos, como monitores y proyectores, teléfonos celulares y cámaras digitales, entre otros, serán considerados "productos suntuarios", lo que significa, en otras palabras, que se incrementan los impuestos internos sobre esos bienes a un 17% y que la tasa de IVA se eleva del 10,5% al 21%.

De aprobarse el proyecto en el Senado, la carga impositiva sobre estos productos crecería casi en un 30%. Esta iniciativa está relacionada con el decreto 252/2009, que reduce la alícuota de impuestos internos únicamente para los productos eléctricos o electrónicos fabricados por empresas radicadas en Tierra del Fuego, que abonarán un 38,53% de la alícuota dispuesta para idénticos bienes en el resto del país.

Cabe aclarar que estas empresas ya están exentas de pagar derechos de importación e impuestos a las ganancias y que el IVA que cobran lo toman como una ganancia adicional.

Al respecto, Marcela Basterra, abogada constitucionalista, explicó que "el conflicto aparece porque las demás empresas que fabrican los mismos productos en el resto del territorio se encuentran en una situación sumamente desfavorable".

La experta agrega que "estas compañías deberán abonar una alícuota de impuestos internos un 160% mayor al que prevé el decreto para el reducido grupo de empresas radicadas en Tierra del Fuego, además de los restantes impuestos".

Por su parte, Carlos Airoldi, vocal de CADMI afirmó que "hoy, sin ningún incentivo, en la Argentina se puede, y de hecho muchos lo hacen, fabricar PCs, notebooks, netbooks, monitores y memorias".

El ejecutivo agregó que "si tuviéramos menos de la mitad de las exenciones impositivas que se otorgan a los fabricantes de Tierra del Fuego, podríamos fabricar muchísimos más productos con un enorme ahorro de divisas para el país".

A su vez, Daniel Gutiérrez, vicepresidente de CADMI, afirmó que "el gobierno se asesora mal y parte con la idea equivocada de beneficiar a unos pocos en detrimento de todos y en nombre de la industria nacional".

Para el Ejecutivo, "el régimen de Tierra del Fuego goza de significativas ventajas en los productos que fabrica, que todo el resto del país paga debido a todas las exenciones impositivas con las que cuentan las industrias allí radicadas".

A tal punto el asesoramiento fue pobre que a último momento se dio marcha atrás y se eximió a las notebooks y netbooks de las nuevas cargas impositivas.

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