lunes, 30 de noviembre de 2009

En memoria de Enrique “Chuni” Rizzo Patrón



Por Miguel A. Brevetta Rodriguez

Otro amigo que se va. Deja el camino sinuoso de la vida después de haber vivido como quiso. Iluminó el paisaje santiagueño con estilo propio, imponiendo su sello característico en cada una de sus obras.

"Me gusta hacer casas para que mis amigos vivan y sean felices", reiteraba a cada momento. Viajero impenitente, conocedor del mundo y de las noches del mundo. "Mirando se aprende" murmuraba y, como siempre, tenía razón
.
Amigo apasionado. Gourmet y sibarita. Nunca se detuvo en el transito de sus días pues estaba motivado por mil y una intenciones de crear y proyectar para el futuro. Generoso hasta la prodigalidad. Compañero silencioso y comprensivo. Cordial y efusivo. Un apasionado del arte y del buen vivir. Compartimos muchas mañanas del Jockey Club, café y política hasta el apasionamiento.

Me dejó el dibujo de un proyecto que no pude realizar, hasta la fecha, que conservo con mucho cariño. Es el monumento al Señor de los Milagros de Mailín, que si no consigo iniciarlo, deberé dejarlo en las manos apropiadas para que se concrete. Le debía un gesto de agradecimiento a su modestia y don de gentes, le hice este soneto.

“Chuni”

Ahora que conoces el secreto
Desde la tracería a la pendiente
Que no quiso pasar por obediente
En el ajedrezado de un boceto.

Ahora que manejas el concepto
En el plano inclinado y el contraste
Desde la cestería hasta el transepto
De los tantos proyectos que creaste.

Viajero sin destino, ni equipaje
Serás el frontispicio del paisaje
Pináculo sin ova, ni ropaje

Fuiste cincel, idea y armadura
Contrafuerte de fuste y de locura
Que te agradecerá la arquitectura.

No hay comentarios: