martes, 1 de febrero de 2011

Ocultar por la droga y porque, como a Domínguez, la policía mató a Jonatan Barrera

Sede de la comisaría 23, de la ciudad de Frías.
Ya se bajó línea sobre el horrendo asesinato al policía Jonatan Barrera: hay que dilatar todo lo relacionado con la droga, con el intendente Néstor Humberto Salim, y, en especial, distraer la investigación hasta que la gente se vaya olvidando.
¡Casi nada de instrucciones! Hay que dejar correr el tiempo, total, el que murió fue un policía.
¡Señores, anticipamos lo que pasará con el “caso Frías”! Cero de investigaciones y cien por ciento de impunidad.
Ayer fue la policía la que mató a Raúl Domínguez, el valiente empleado de la dirección general de Rentas que se animó a decir y a firmar su declaración suministrando señas y marcas de funcionarios y empresarios que estafaron al erario público con timbrados apócrifos. A tres años no hay ni una corazonada de los pesquisas y ni un sospechoso de los jueces, aunque todos saben quiénes son los policías que lo condujeron a Delitos Económicos y que el entonces juez Juan Jorge fue el que dio instrucciones a que lo presionen y lo apremien.
Ahora fue Jonatann, en Frías. Los propios policías, sus compañeros, lo asesinaron porque se animó a investigar y a aprehender a miembros de uno de los tres carteles que distribuyen la droga en la ciudad del Oeste, gobernada por el salimnismo.
El estilo zamorista ya puso en marcha su operativo tendiente a confundir a la gente y, paso a paso, todo se irá diluyendo y nadie pagará por la muerte del joven policía. Tampoco no habrá una investigación seria y profunda, sino apenas trascendidos sobre las peleas de la mamá y la compañera de la víctima. Se armará un circo con los dichos de las infortunadas mujeres, mientras todos los responsables políticos y administrativos de lo que pasa en Frías, con el tráfico de la droga y sobre el funcionamiento policial, irán ganando tiempos para permanecer en sus puestos. Nada se le dirá al intendente Néstor Humberto Salim ni al ministro de Gobierno, José Emilio Neder ni mucho menos al jefe de policía, Marcelo Pato.
Ah, y los abogados harán su aparición mediática y luego serán cooptados y comprados por el zamorismo, cerrándose el círculo que garantizará el silencio, el ocultamiento y la impunidad.

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