lunes, 27 de abril de 2009

Martes, picnic de José en la Legislatura


Apenas ingresó a la Cámara de Diputados como legislador provincial del radicalismo, José Luis Zavalía los mandó a sus colegas para que “vayan a comer en sus casas o algún restaurante”. Claro, se informó que los diputados almuerzan en el recinto, en las bancas, con comidas, picadas, emparedados o algún platito especial. “¡Qué vergüenza…!, dijo enojado el de la UCR.

José ingresó con una dirigente de Selva y, como corresponde, tienen, que estar ubicados al lado. Pero le cambiaron la bocha. Quiso sentarse junto a su correligionaria y encontró una tarjetita indicando que allí debía sentarse una mujer de Compromiso Social. El radical agarró el papel y lo hizo volar por los aires. Se sentó donde pensó que le correspondía. Cuando llegó la mujer de Compromiso Social lo increpó y le pidió, a los gritos, por qué tiro la tarjetita y por qué se sentó en su lugar. José bajó la cabeza y colocó su mano derecha como quien dormita. La mujer seguía interrogándolo hasta, que enojada, trató de chocarlo: “¿Usted es sordo?” Bueno, el radical levantó la testa y le dijo: “No soy sordo, sino que no escucho a los necios”.

Se opone a todos los proyectos del oficialismo. O de diputados oficialistas. Así fuesen proyectos de comunicación. Al estilo del gran Jorge Zuaín cuando se oponía a cualquier proyecto del juarismo argumentando, por ejemplo, que si autorizamos que el Poder Ejecutivo compre una bandera de ceremonias para obsequiar a una escuela, el ingeniero bandeño les decía a los numerosos diputados del entonces justicialismo: “Yo me opongo que con esta autorización seguro que Juárez se va a robar la plata”.

José no anda con chicas y dice de todo. Desde ladrones a corruptos a muchos funcionarios del Poder Ejecutivo.

Los que transcurren en sus bancas como cohibidos, pusilánimes y temerosos son los diputados hoy zamoristas y antes zavalistas; a los que José los conoce como si los habría criado. El otro día una diputada del interior, otrora seguidora del líder radical, trató de ponerle coto a los argumentos de su ex jefe, y Zavalía le dejó muda: “¿Vos me quieres hacer callar¿ ¿Vos? ¿Te acuerdas cuando corrías cinco kilómetros detrás de la camioneta para llevarme kipis?”.

El silencio del zamorismo legislativo es deplorable, y por ello la ex cantista y ahora zamorista-nederista, Sandra Generoso, es la que está decidida a darle pelea a José. Tiene muchos objetivos: busca convertirse en presidenta de todos los bloques oficialistas, descollar hasta figurar como imprescindible para el Poder Ejecutivo y llegar al sitio anhelado de “ser la única mujer política que pone en línea al fogoso radical”. No debe saber, por supuesto (fallan sus asesores e informantes), que José le tiene preparado un verdadero alegato que podría dejarla muy mal parada o sentada con banca dada vuelta.

La prensa oficialista no dice nada de todos estos picnic y fiestitas con los que José sale airoso en cada sesión, los martes, a expensas de diputados que, parecer, están dispuestos a continuar mostrándose como ineptos para la función.

Vivo, Zavalía presentó un proyecto para que la Legislatura autorice que se televise y se transmita por radio las sesiones. Por supuesto, le rechazaron. “No importa, total los cronistas que vienen al recinto si bien no pueden publicar nada porque sus medios son manejados desde la Casa de Gobierno, luego comentan entre compañeros y amigos y, de boca a boca, todos los santiagueños se vienen informando de los papelones del oficialismo”.

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