Por Radical Pobre
Cuando comencé a leer “Crónica de una caída estrepitosa”, vino a mi mente la reflexión de la primera jornada. De última, no es más que la punta del iceberg, y que el periodista la desarrolla con propiedad, aunque estimo que se quedó corto.
Al enterarme por un mensaje en mi celular de lo que estaba aconteciendo con los operativos y allanamientos, al amigo informante le respondí inmediatamente: “Si no es cháchara, se están pisando la manguera”.
Digo que el redactor se quedó corto porque la defraudación no es sólo de peculado, sino “moral”. Nuestra Republica Argentina (todavía es eso, república, conjunto de leyes - sin identidad para crecer como nación, siendo sus problemas sólo morales y no políticos o económicos). Sin causa, no se cumple el designio de libertad.
Estos “Uifanos” sólo han venido a llenarnos de vergüenza, a quienes desde el radicalismo hemos imaginado con nuestros principios y valores históricos recuperar desde siempre la república. Mucho hay todavía para hablar y hacer. “Habrá que comenzar de nuevo”, como decía Don Hipólito Yrigoyen cuando sus correligionarios le consultaban luego de algún traspié.
Nota: En la ultima jornada electoral, en las mesas masculinas del barrio Contreras (Capital) y a la hora del escrutinio me miraron con asombro algunos fiscales adversarios cuando les decía que la 503 (Frente Cívico), había mandado también votar por la 504 (a José Zavalía).
En cuanto a la palabra “Uifano”, es otra historia que, por etimología de las palabras que la componen, significaría alguien que ha llegado alto sin esfuerzo alguno y de una manera no santa, viendo solo él su alegría. En otra oportunidad, si les interesa, la desarrollo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario