El ingeniero Marcelo Lugones, junto a sus compañeros del bloque Fuerza de Unidad Popular “Raúl Alfonsín”, los concejales Berta de Padilla y Roberto Llanos, mantienen su intransigencia con la administración de la municipalidad de la Capital. Es que ya no está Julio Alegre, pero con la conducción de “Lito” Infante la comuna sigue sin rumbo y cometiendo las mismas torpezas institucionales.
Extraña mucho que los concejales no recurran al contador Juan Manuel Beltramino (jefe de Coordinación de la comuna), porque podría ser una llave para abrir el juego democrático en el Concejo Deliberante.
Fijémonos que Lugones, Llanos y la señora de Padilla han solicitado informes para que alguien (no creamos que sea Infante el interlocutor) responda sobre los motivos por los que “se ha beneficiado extraordinamente” a la empresa Ersa Urbano S.A.
Los ex concejales “alegristas” y hoy “infantistas”, rechazaron el proyecto sin ningún fundamento.
Otra barbaridad reglamentaria. (Bueno sería que el “Nene” Beltramino les diera una clase de reglamento o carta orgánica a los oficialistas). La señora Berta de Padilla solicitó que el intendente Infante cumpla con el artículo 59 de la carta orgánica municipal que le ordena pedir permiso al Concejo Deliberante las veces que vaya a ausentarse de la ciudad Capital.
Claro, “Lito” se fue a Mar del Plata sin avisar ni a los parlamentarios ni a la ciudadanía. Frente a tamaño reclamo de la concejal de Padilla, salió el “infantista” Claudio Irastorza y explicó que la nota con el permiso para viajar no fue tratada porque “el cuerpo no sesionó”, pero que él “daba fe que Infante viajó, efectivamente, a Mar del Plata. Admitió también que hubo un error “administrativo” y, sorpresivamente, el secretario del cuerpo terció y comenzó a dar explicaciones como si fuera un concejal más.
No entendieron para nada el reclamo. Lo que quisieron significar Lugones, Llanos y la señora de Padilla es que el Concejo Deliberante tiene que evitar que se reiteren “barbaridades”. Antes, Julio Alegre viajó 18 veces a Uruguay (Punta del Este) y no pidió permiso a nadie; menos a los concejales. (Claro que “Julito” viajaba siempre bien acompañado; ora una chica rubia, ora un fuerte empresario, ora un altísimo funcionario provincial).
No vaya a ser que “Lito” Infante aspire a batir el récord de Julio. Por ahora, (sin permiso) ya viajó a Mar del Plata.
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