“¿Qué deje de llover droga en el Norte Argentino!”, pidió o reclamó a los gobiernos el ministro de la Corte Suprema de Justicia, doctor Carlos Fayt. Es que el narcotráfico rebasó todos los estándares de previsibilidad en el país-
En Santiago del Estero, se dice jocosamente en cualquier confitería, “las torrenciales lluvias y granizos de cocaína y marihuana ya tienen acostumbrados a los pobladores rurales”. Los mejores testigos son nuestros comprovincianos del interior que cuentan hechos de aviones que aterrizan en campos improductivos, los que están casi siempre fuertemente custodiados por “policías” armados hasta los dientes, los que se manejan en camionetas 4 X 4. Este despliegue demuestra, palmariamente, que los narcos que bajan a Santiago y los que los esperan, están protegidos por poderosos.
“En Santiago no sólo llueve la droga, sino que ahora también la siembran”, graficó un poblador de Sol de Julio, donde un vecino descubrió los 200 kilos de cocaína enterrados en la vera de la ruta 1. Otra vez fueron nuestros hombres de campo los que hallaron este impresionante cargamento. ¿Y la policía? Nada. Como siempre. ¿A dónde andan los uniformados a quienes les entierran droga en sus narices?
Abogados preocupados por esta ineficiencia policial, van a difundir en los próximos días un video donde la policía aparece secuestrando un auto “oficial”, en el que se encontraron armas y drogas. Pero claro, el procedimiento fue ocultado. ¿A quién inculpará este film?
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