Lic. María Inés Morello
Pregunta difícil de contestar si pensamos en un Estado sano gobernado por personas sanas, criteriosas y democráticas en su manera de entender la gestión gubernamental. Pero la pregunta que nos hacemos hoy no se la hacemos a personas que gocen de esa salubridad y entereza moral, sino a los actuales gobernantes, que sólo ven en el gobierno la forma más eficaz para lograr sus objetivos inconfesables y espurios, cueste lo que cueste.
¿Por qué sirve un pueblo analfabeto? Muy simple, porque así se lo puede manejar sin que el mismo tenga la capacidad de ver, entender y criticar y, en éste sentido, tomar posición frente a la realidad y a las cosas. Sería un enorme error posibilitar que el pueblo pensara, decidiera y eligiera libremente. Se correría así el enorme riesgo de que no aceptara las exigencias impuestas por la jerarquía del que domina.
El gobierno del matrimonio K, ha hecho, desde que accediera al gobierno nacional exactamente eso.
Un pueblo alfabetizado, un pueblo educado, un pueblo con cultura del trabajo y del esfuerzo cotidiano, es un pueblo digno. A nuestro pueblo lo rebajan cada día más a la indignidad humana de una solidaridad mal entendida, de una ayuda miserable que denigra y rebaja la calidad de persona.
Tenemos múltiples ejemplos que justifican lo expuesto. Las autoridades gubernamentales, “amigos” de los K, se llenan la boca diciendo que se ha sancionado una ley nacional de Educación (aún no reglamentada), que se han mejorado escuelas, que ha aumentado la matricula escolar, gracias a la contención social que ejerce la escuela (les da de comer, que no es su misión), que se ha convertido el nivel pre-primario en obligatorio (lástima que no hay escuelas que brinden la matricula por falta de espacio y de capacitación y preparación de docentes), que se ha convertido en obligatorio el ciclo medio a partir del 2010 (lástima que todavía no hay reglamentación para su ejecución, cuando ya estamos a mediados del mes de noviembre del 2009.).
Tampoco hay edificios que puedan albergar al numero de alumnos que ellos dicen egresan del nivel primario; Que se han universalizado los cursos de capacitación de docentes y directivos que se harán cargo de ese difícil nivel del sistema, (otra enorme mentira). Que se han perfeccionado y modificado de fondo la formación docente. (Los que nos dedicamos a ella vemos con horror en qué se han convertido los nuevos planes para la formación de profesores.
Por otro lado cabe preguntarse, ¿en un país donde la deserción escolar arroja la escalofriante cifra de más del 50% de abandono del nivel primario y sólo lo termina un 30%, están dadas las condiciones para centrar el problema prioritariamente en la educación media? No sería mejor centrar el problema en los niveles elementales básicos, en su cumplimiento, en la equidad educativa para que se convirtiera en realidad, para después comenzar a preocuparse por la obligatoriedad de la escuela media?
Son todas bombas de humo, anuncios insostenibles e impracticables, para así convencer a los giles, hacerles creer todo lo que se hace y seguir con un pueblo cada vez más desinformado, más analfabeto, más ignorante. Así y solo así un gobierno puede imponer su postura populista.
Esa es la terrible respuesta a la pregunta formulada al comenzar: ¿Por qué conviene un pueblo analfabeto?
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