jueves, 15 de agosto de 2013

Santiago: una suerte de ghetto K

Por Aldo Bravo, secretario general del Partido Socialista.
Las primarias se desarrollaron en todo el país con resultados que las encuestas habían anticipado en provincias como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Ciudad Autónoma de Buenos Aires; es decir, cinco de los siete distritos electorales más grandes. Estos referentes de sectores diversos  -Massa, Binner, De la Sota, Cobos y Macri -, no pueden sumarse porque hay muchas diferencias que saldar entre ellos. En los otros dos -Entre Ríos y Tucumán- el kirchnerismo venció claramente en el primero y por mucha menor diferencia de lo habitual en la vecina provincia.
Sin embargo, lo que  no estaba en los cálculos previos eran los triunfos de la oposición en Santa Cruz, San Juan, Catamarca, La Rioja, Jujuy, Chubut. Estos bastiones oficialistas cayeron derrotados por diferentes fuerzas provinciales que lograron articular una propuesta que terminó seduciendo a la mayoría del electorado de cada una de estas provincias. Estos resultados motivaron que las Paso del domingo pasado sean los resultados más negativos para el kirchnerismo desde que arribaron al poder en 2003.

El caso Santiago

¿Qué ocurre en nuestra provincia para que en medio de esta debacle nacional del gobierno K la suma de todas las listas alineadas con Cristina Fernández sumen más del 80% de los votos válidos? ¿Dónde radica la diferente lectura que hace la enorme mayoría de los santiagueños que convalida abrumadoramente a los candidatos designados por el gobernador Zamora, al gremialista Montenegro devenido segunda fuerza política y, en menor medida, al eterno intendente y candidato Ruiz?
¿Que votó el 80% del pueblo santiagueño? ¿La gestión del gobernador? ¿La mudez del candidato Brue en ocho años de diputado nacional? ¿Qué sabe de la candidata Cappellini? ¿Qué hizo el secretario general de Upcn y presidente del club Quimsa en sus gestiones de concejal y actual diputado provincial? ¿Acaso los cinco mandatos de Ruiz en La Banda fueron debidamente plebiscitados? ¿O tal vez la incapacidad demostrada hasta el presente por los sectores de la oposición que no fueron capaces de proponer una lista de candidatos lo suficientemente amplia como alternativa? Habrá que hacer una rápida asimilación de todos estos condimentos para buscar una salida positiva.
Formulo estos interrogantes porque estoy convencido de que si en una sociedad más del 80% apoya con su voto a candidatos -algunos enfrentados entre sí sólo por ambiciones personales- alineados en una sola fuerza política, la democracia se vuelve una quimera. Cuando en 1994 se reformó la Constitución Nacional se incorporó un senador nacional por cada provincia y se determinó que fueran electos directamente por el sufragio popular, ya que hasta entonces los elegía las cámaras legislativas de cada provincia. Hasta ese momento eran sólo dos. El tercer senador es para representar a la minoría. Esta premisa queda hecha trizas en Santiago a partir del público y notorio alineamiento del Frente Popular con el Frente Cívico gobernante. Es más, en una entrevista televisiva en las últimas horas del domingo 11 del cte. el candidato Montenegro reconoció que su fuerza política era un instrumento creado al sólo fin de obtener dicha banca de senador y que está totalmente alineada con la re-re-elección del gobernador actual. Obviamente le importa nada la violación constitucional que esto entraña.
                                     
Oxigenar la democracia

Visión del Socialismo santiagueño sobre las candidaturas legislativas nacionales y el resultado de las Paso.
Además de todo lo expresado, es un secreto a voces en toda la provincia que la estrategia electoral para quedarse con todos los cargos nacionales en disputa estaba pergeñada de antemano. Pero esto no es lo más preocupante. Lo que tendría que sacudir la modorra de los más de 800.000 habitantes de Santiago es este insólito manipuleo de la voluntad popular. Por lo tanto ahora lo que hay que plantearse es lo siguiente: Los 650.000 electores santiagueños vamos a transitar este breve camino a octubre como si se tratara de la crónica de una muerte anunciada o vamos a rebelarnos ante una verdadera trama perversa que pretende instalar el pensamiento único?
Por supuesto que adhiero a la imprescindible necesidad de nuevos aires que doten a la democracia santiagueña de nuevos Partidos y actores. El sistema de partidos está enfermo a nivel nacional y en Santiago está en terapia intensiva. Nuestra intención no es colocarle un respirador artificial sino levantarlo para que empiece a caminar de una buena vez. El frente que ganó lo integran partidos sin historia; el que salió segundo -está dicho- es puro oportunismo electoral. Así estamos; esta es la realidad, hay que asumirlo. Si esto no ocurre estamos ya en una pendiente de degradación que nos llevará a situaciones caóticas desde lo institucional que ya hemos vivido durante el actual ciclo democrático de 30 años. No queremos ser agoreros pero alguna vez debemos aprender de los errores cometidos y evitar caer nuevamente en ellos.
   
El camino a octubre

Quedan poco más de dos meses para intentar torcer este rumbo que pretende llevarnos a la resignación de que nada hay por hacer. Además de los cargos nacionales estarán en juego los cargos de gobernador y vice, 40 bancas de diputados provinciales, dos intendencias, concejales y comisiones municipales.
En gran medida sigue siendo una asignatura pendiente para los que anhelamos vivir en una sociedad comprometida con su presente y futuro. 

No hay comentarios: