Por Aldo Bravo,
secretario general del Partido Socialista.
Las
primarias se desarrollaron en todo el país con resultados que las encuestas
habían anticipado en provincias como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y
Ciudad Autónoma de Buenos Aires; es decir, cinco de los siete distritos
electorales más grandes. Estos referentes de sectores diversos -Massa, Binner, De la Sota, Cobos y Macri -, no
pueden sumarse porque hay muchas diferencias que saldar entre ellos. En los
otros dos -Entre Ríos y Tucumán- el kirchnerismo venció claramente en el
primero y por mucha menor diferencia de lo habitual en la vecina provincia.
Sin
embargo, lo que no estaba en los
cálculos previos eran los triunfos de la oposición en Santa Cruz, San Juan,
Catamarca, La Rioja, Jujuy, Chubut. Estos bastiones oficialistas cayeron
derrotados por diferentes fuerzas provinciales que lograron articular una
propuesta que terminó seduciendo a la mayoría del electorado de cada una de
estas provincias. Estos resultados motivaron que las Paso del domingo pasado
sean los resultados más negativos para el kirchnerismo desde que arribaron al
poder en 2003.
El
caso Santiago
¿Qué
ocurre en nuestra provincia para que en medio de esta debacle nacional del
gobierno K la suma de todas las listas alineadas con Cristina Fernández sumen
más del 80% de los votos válidos? ¿Dónde radica la diferente lectura que hace
la enorme mayoría de los santiagueños que convalida abrumadoramente a los
candidatos designados por el gobernador Zamora, al gremialista Montenegro
devenido segunda fuerza política y, en menor medida, al eterno intendente y
candidato Ruiz?
¿Que
votó el 80% del pueblo santiagueño? ¿La gestión del gobernador? ¿La mudez del
candidato Brue en ocho años de diputado nacional? ¿Qué sabe de la candidata Cappellini?
¿Qué hizo el secretario general de Upcn y presidente del club Quimsa en sus
gestiones de concejal y actual diputado provincial? ¿Acaso los cinco mandatos
de Ruiz en La Banda fueron debidamente plebiscitados? ¿O tal vez la incapacidad
demostrada hasta el presente por los sectores de la oposición que no fueron
capaces de proponer una lista de candidatos lo suficientemente amplia como
alternativa? Habrá que hacer una rápida asimilación de todos estos condimentos
para buscar una salida positiva.
Formulo
estos interrogantes porque estoy convencido de que si en una sociedad más del
80% apoya con su voto a candidatos -algunos enfrentados entre sí sólo por
ambiciones personales- alineados en una sola fuerza política, la democracia se
vuelve una quimera. Cuando en 1994 se reformó la Constitución Nacional se
incorporó un senador nacional por cada provincia y se determinó que fueran
electos directamente por el sufragio popular, ya que hasta entonces los elegía
las cámaras legislativas de cada provincia. Hasta ese momento eran sólo dos. El
tercer senador es para representar a la minoría. Esta premisa queda hecha
trizas en Santiago a partir del público y notorio alineamiento del Frente
Popular con el Frente Cívico gobernante. Es más, en una entrevista televisiva
en las últimas horas del domingo 11 del cte. el candidato Montenegro reconoció
que su fuerza política era un instrumento creado al sólo fin de obtener dicha
banca de senador y que está totalmente alineada con la re-re-elección del
gobernador actual. Obviamente le importa nada la violación constitucional que
esto entraña.
Oxigenar
la democracia
Visión del Socialismo santiagueño sobre las candidaturas legislativas nacionales y el resultado de las Paso. |
Además
de todo lo expresado, es un secreto a voces en toda la provincia que la
estrategia electoral para quedarse con todos los cargos nacionales en disputa
estaba pergeñada de antemano. Pero esto no es lo más preocupante. Lo que
tendría que sacudir la modorra de los más de 800.000 habitantes de Santiago es
este insólito manipuleo de la voluntad popular. Por lo tanto ahora lo que hay
que plantearse es lo siguiente: Los 650.000 electores santiagueños vamos a
transitar este breve camino a octubre como si se tratara de la crónica de una
muerte anunciada o vamos a rebelarnos ante una verdadera trama perversa que
pretende instalar el pensamiento único?
Por
supuesto que adhiero a la imprescindible necesidad de nuevos aires que doten a
la democracia santiagueña de nuevos Partidos y actores. El sistema de partidos
está enfermo a nivel nacional y en Santiago está en terapia intensiva. Nuestra
intención no es colocarle un respirador artificial sino levantarlo para que
empiece a caminar de una buena vez. El frente que ganó lo integran partidos sin
historia; el que salió segundo -está dicho- es puro oportunismo electoral. Así
estamos; esta es la realidad, hay que asumirlo. Si esto no ocurre estamos ya en
una pendiente de degradación que nos llevará a situaciones caóticas desde lo
institucional que ya hemos vivido durante el actual ciclo democrático de 30
años. No queremos ser agoreros pero alguna vez debemos aprender de los errores
cometidos y evitar caer nuevamente en ellos.
El
camino a octubre
Quedan
poco más de dos meses para intentar torcer este rumbo que pretende llevarnos a
la resignación de que nada hay por hacer. Además de los cargos nacionales
estarán en juego los cargos de gobernador y vice, 40 bancas de diputados
provinciales, dos intendencias, concejales y comisiones municipales.
En gran medida sigue siendo una asignatura
pendiente para los que anhelamos vivir en una sociedad comprometida con su
presente y futuro.
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