martes, 23 de noviembre de 2010

El falso progresismo y la farsa sindical

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el día que inauguró el frigorífico Forres-Beltrán.
Según la última estadística nacional sobre el empleo formal, Santiago del Estero tiene el triste privilegio de ser capital nacional del trabajo en negro. Ocupa el primer puesto por sobre la media nacional.
Este récord histórico dice que el 44,6 % de los trabajadores asalariados santiagueños cumplen sus tareas en modo informal, marginal o en negro; es decir, sin derecho a la estabilidad laboral, aportes jubilatorios u obra social. Son la clase económicamente activa de la provincia marginada del sistema laboral formal. La cifra es alarmante: 5 de cada 10 trabajadores en Santiago del Estero desempeñan tareas laborales indignas.
Esta realidad contrasta con el falso “progresismo" que, a fuerza de marketing el gobierno de Gerardo Zamora ha instalado en la provincia con la directa complicidad de una casta sindical dócil y complaciente a las dádivas y que poco o nada hace en defensa del derecho de los trabajadores.
Así, la Mesa Sindical del Diálogo y el Trabajo que lleva adelante el gobierno con representantes de la CGT, poco ha hecho estos últimos años para terminar con este flagelo laboral.
Más alarmantes son estos números si los comparamos con los miles de millones de pesos que destinó Zamora al fomento comercial e industrial en la provincia bajo amparo de una ley sumamente generosa a la "patronal empresaria", que privilegia sus negociados al amparo de esta norma de promoción industrial que a la creación genuina de puestos de trabajos formal.
Habría que ver entre ellos si Paunny Zanello posee los 500 empleados prometidos, o bien, los 1000 empleados con los que al presente debería contar el frigorifico Robles-Beltrán, por mencionar algunas de los nuevos emprendimientos empresariales radicados localmente en los pasados cinco años.

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