viernes, 23 de octubre de 2009

Enérgica oposición al presupuesto kirchnerista


La diputada nacional por Santiago del Estero, la doctora Marta Velarde, fijó una posición firme y fundamentada en contra del proyecto de presupuesto presentado por el gobierno nacional.

Pasajes de su fundamentación en la Cámara baja, son los siguientes:

“Para el oficialismo y hasta el 10 de diciembre este Congreso vuelve a ser una escribanía del Poder Ejecutivo. Que el gobierno lo pretenda, se entiende. Que este cuerpo lo convalide, resulta inadmisible. Digo esto porque el proyecto de presupuesto que estamos tratando ingresó a la Cámara hace algo más de quince días. Y dentro de unas horas será aprobada la ley de leyes, aquella que justifica el origen del Parlamento, en virtud del principio de que no hay tributo ni gasto sin representación popular.

“Fue ese principio el que permitió disminuir el poder real, el que justificó la independencia de los pueblos y el que posibilitó limitar a los ejecutivos. Un Congreso que limite y que controle al Poder Ejecutivo. Nada de eso hay en este presupuesto. Por el contrario, se reintroducen por la ventana superpoderes que van a parar al Ministerio de Planificación -vaya paradoja-, el ministerio que nos llevó a la crisis energética, el que nos llevó a la desinversión en energía eléctrica, el que nos llevó a la merma en las reservas de petróleo y de gas por falta de exploración.
“Este presupuesto es una farsa. ¿Dónde están los ministros del Poder Ejecutivo? Allá lejos y hace tiempo, el presupuesto se elaboraba en el Congreso. Entonces, los ministros desfilaban durante meses por la Comisión de Presupuesto y Hacienda, a fin de solicitar partidas, justificar gastos y dar explicaciones de ejecuciones presupuestarias.
“¿Cómo vamos a pretender que los ministros vengan a dar explicaciones al Congreso si ni siquiera burócratas de tercera del Poder Ejecutivo se dignan a contestar pedidos de informes de los congresistas?

“Sería bueno que los ministros concurrieran no sólo para cumplir con su deber constitucional, sino también para explicar, por ejemplo, en el caso del Ministerio de Acción Social, por qué desde 2003 hasta la fecha en promedio se ejecutó el 40 por ciento del presupuesto. Todavía hacen alarde de austeridad, cuando hay tantos pobres, indigentes y jóvenes fuera del sistema educativo, junto con muchas enfermedades.
“Este presupuesto es una mentira. Comencemos a llamar a las cosas por su nombre; sino, empezamos a utilizar términos económicos, como subestimación. Todos sabemos que el producto bruto interno disminuyó el 2,5 por ciento. Prever un salto positivo de un 0,5 por ciento es una mentira, al igual que plantear una inflación del 6,6 por ciento. ¿O acaso habrá algunos funcionarios que compran en almacenes especiales, como ocurría en la Unión Soviética? No entendemos una inflación del 6,6 por ciento.
“Adviértase que el presupuesto en salud disminuyó un 4,3 por ciento. ¿Acaso se disminuye para controlar la mafia de los medicamentos truchos, que se entregaban para curar enfermedades oncológicas? ¿Y el agua potable, que es la única forma de curar la mortalidad infantil y el dengue? Este país vivió una emergencia sanitaria por el dengue, pero el presupuesto en agua potable se mantiene igual.
“¿Saben para qué aumentó el presupuesto en la Argentina? Para las obras con sobreprecios. Hay algunas provincias que construyen casas a 130 mil pesos, las que se entregan sin puertas, ventanas y sanitarios. ¿Sabían que en la Argentina el kilómetro de ruta con ripio cuesta 1.200.000 pesos? Para todo eso se incrementó el presupuesto. Un verdadero atentado a la dignidad del pueblo argentino.
“Y algo más. Este presupuesto es una réplica del Estado clientelar que vivimos en la Argentina. Estado clientelar que no es sólo dar bolsines a los pobres, sino también plata a los ricos.
“Digo esto, porque se mantienen los subsidios al transporte, y quiero explicarlo bien. Mantenemos un promedio de 20 mil millones de pesos en subsidios para el transporte, para subsidiar la obsolescencia y la ineficiencia de trenes suburbanos y colectivos de la Capital Federal y del conurbano que transportan a la gente, al pueblo, como ganado.
“No hay baja en el gasto corriente. Al contrario, hay expansión. El problema es que de ese gasto corriente el 11 por ciento va para pagar los intereses de la deuda; hay un incremento del 8,3 por ciento respecto del presupuesto anterior para el rubro intereses de la deuda externa, y la verdad es que es mucho.

“Lamentablemente para los argentinos, doloroso es reconocerlo y confesarlo en la casa de la democracia, estamos en una democracia devaluada por el atropello del Poder Ejecutivo, pero también por el consentimiento de la mayoría legislativa”.

No hay comentarios: