miércoles, 21 de octubre de 2009

“Ocho niños menores de 5 años mueren por día en el país”



El obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, consideró que “es absurdo que uno muera de sed a veinte metros de un aljibe. Es absurdo que niños mueran a causa del hambre viviendo en ‘el granero del mundo’”, y advirtió que “ocho niños menores de 5 años mueren por día en nuestro país a causa de la desnutrición; mejor dicho, a causa de la injusticia. Digámoslo fuerte: nuestros chicos se mueren de hambre”.

El prelado estimó que “las causas de la pobreza están en un sistema económico neoliberal inspirado en el egoísmo y la acumulación de riqueza. El amor al dinero por encima de la dignidad humana. El capital por encima del trabajo y la especulación financiera por encima de la producción”.

Asimismo, reclamó al Estado y a todos los actores sociales a no ocultar la completa realidad de pobreza y exclusión, porque, aseguró, “la ‘verdad a medias’ no siempre es media mentira. A veces es mentira completa. Porque si a la realidad se la falsea, se describe otra cosa. Las verdades a medias provocan el doble discurso, y el pensamiento único, que suele ser ausencia del mismo”.

Ilustró: “De las personas que trabajan, la mitad lo hace de manera formal y las otras de modo no registrado (en negro). Para los primeros implica jubilación, obra social, salario familiar y otros derechos laborales. Para los segundos, no”.

Lozano habló luego sobre los números de la pobreza.

“Es cierto que basta que haya un 1% de pobres para que la pobreza sea un escándalo. Pero los caminos por tomar son muy distintos si los que sufren hambre son cinco o cinco mil, o tal vez diez mil. Y si son cien mil, ¿la olla por conseguir seguirá siendo del mismo tamaño? Pero, si, eventualmente, llegan a quinientos mil o a más de cinco millones, ¿las previsiones por tomar serán las mismas?”.

Lozano objetó: “La ausencia del Estado no es sólo responsabilidad del Poder Ejecutivo. También el Poder Legislativo y el Poder Judicial son parte del Estado. Pero además la pobreza es responsabilidad de los empresarios, sindicalistas y otros dirigentes sociales. Y no nos olvidemos de los que usan los planes sociales para presionar a los beneficiarios con fines políticos”.

Concluyó: “Hace varios siglos Aristóteles con claridad expresó: ‘La única verdad es la realidad’. Muchos han citado esta frase en estos días. Podemos intentar ocultarla aunque sea parcialmente. Pero ella, la verdad, siempre estará esperando para que la veamos tal cual es. Las mentiras verdaderas son verdaderas”.

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