El Iosep: un verdadero “agujero negro”

Por José Luis Zavalía.

Ya resulta un lugar común para los empleados públicos santiagueños el aceptar un incremento del 1 % anual, que se renueva automáticamente cada año, solicitado por el Poder Ejecutivo con sus famosos decretos de necesidad y urgencia. También es una costumbre la aprobación de la Cámara de Diputados, sin el correspondiente debate legislativo que justifique semejante barbaridad y saqueo al bolsillo de los trabajadores, en los descuentos que se les practican para contribuir a la sustentación del Iosep (Instituto para la Obra Social de los Empleados Públicos). Lo que no aparece tan claro es a dónde van esos dineros, extraídos de los ya de por sí magros salarios de los trabajadores santiagueños.
O mejor dicho sí, es un secreto a voces que el Iosep, más que sustentar las necesidades de Salud de nuestra población, consiste en una especie de caja negra. Con la que se alimenta la voracidad de cada gestión política que pasa por su ilegítima administración. Y decimos ilegítima, pues desde la ilegal intervención a que fuera sometida por la dictadura militar de Onganía (1966-1970), todos los gobiernos siguientes aprovecharon esta “ventaja” para adueñarse de la plata que cada uno de los santiagueños aporta en esta obra social.
Lo grave es que, a pesar de la abultada lista de supuestos prestadores que ostenta en pomposos folletos, en la realidad no paga sus prestaciones, y prácticamente todos ellos están con los servicios suspendidos para los santiagueños. De tal modo, si una familia necesita la atención del hospital Italiano, por ejemplo, es muy posible que no pueda disfrutar de ella. Pues por falta de pago ha suspendido los servicios a la burocracia que maneja el Iosep. La cual ni siquiera ha tenido la prudencia de buscar un compensador alternativo: hasta ese grado llega la irresponsabilidad de quienes de esa manera juegan a la ruleta rusa con la salud de los santiagueños.

Algo de historia

Esta institución fue creada por el gobernador Benjamín Zavalía. Medida que en su momento fue celebrada por toda la sociedad santiagueña. Fue una de las primeras obras sociales del Estado y más eficientes de todo el país. La salud de los santiagueños dio un vuelco total con esta importantísima obra. Y también daba superávits, cosa poco común en toda la historia de nuestra provincia.
Precisamente por ello, fue intervenida por la dictadura militar de Onganía y esto acostumbró a los gobiernos de turno para utilizarlo como “caja negra”. Hubo interventores del Iosep que construyeron fortunas, en base a los fondos provenientes de todos los empleados públicos.
Después de cuarenta años de intervención, continúa así, dependiendo directamente del Poder Ejecutivo.
Por nuestra parte, consideramos que la única forma en que el Iosep deje de ser la caja negra de cada gobierno o corporación que pasa, es algo muy simple. Nada más que cumplir con lo que ordenan sus estatutos fundacionales, regularizar su situación y llamar a urgentes elecciones para constituir una comisión directiva legítima.
Desde que asumí como diputado provincial y como hijo del creador del Iosep, he venido solicitando información sobre el estado de virtual quebrantamiento de esta propiedad de todos los santiagueños. Se me ha sido sistemáticamente negada, por la mayoría automática del Frente Cívico. Es información que debería ser pública. Pero no lo es.