Editorial de La Nación, de Buenos Aires.
Los próximos asuetos y la perspectiva de un 2012 con 121 días no laborables no preparan para el trabajo y la disciplina necesarios. |
Decimos esto porque, como un gran anuncio para la comunidad, el gobierno nacional, en la persona del ministro del Interior, Florencio Randazzo, ha informado que los días 23, 26 y 30 de este último mes de 2011 y el 2 de enero próximo serán de asueto para la administración pública.
Así, este año que termina tendrá, entre 14 feriados inamovibles, tres trasladables, dos puentes, el 31 de diciembre y estos tres últimos asuetos -más los sábados y domingos-, 110 días no laborables. La cifra no desluce ante la del año próximo, que será récord: en noviembre pasado, este diario tituló: "En 2012 no será laborable uno de cada 3 días". Efectivamente, el año que viene va a haber un récord de fines de semana largos más un feriado por única vez, el 27 de febrero (para celebrar el bicentenario de la creación y primera jura de la bandera nacional). Los días de descanso en 2012, sumando los fines de semana ordinarios, serán 121, es decir, un tercio del año. Una peculiaridad más: abril tendrá solo 17 días hábiles, casi un 50 por ciento de descanso por otro tanto de esfuerzo dedicado a la producción.
El asueto que los argentinos tienen ahora por delante va específicamente del mediodía de los próximos 23 y 30 de diciembre a toda la jornada de los lunes 26 y 2 de enero. El ministro Randazzo invitó al sector privado a que adhiera al objetivo planteado, "que tiene que ver con pasar las Fiestas en familia, en paz y con alegría". Una invitación prontamente aceptada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, aceptada a medias por el gobierno porteño y lamentada por el presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Carlos de la Vega, porque para los comerciantes esos días son los que la gente destina a efectuar las últimas compras para las Fiestas y para su sector es fundamental porque es la oportunidad de concretar más ventas.
Es curioso que un motivo de regocijo como es -coincidimos con el ministro- festejar las Fiestas en familia traiga decepción a una parte importante de la comunidad, concretamente los comerciantes, y, también, trastornos y zozobras a todos los que pensaban transcurrir esos días normalmente.
¿No habrá llegado la hora, para nuestra sociedad, de volver a una virtud olvidada como es la austeridad? Este verdadero festival de feriados no es lo más aconsejable, con la mente puesta en la crisis económica y social que se vive a nivel mundial, y de la que sólo se podrá salir con trabajo, disciplina y organización.
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