Por Beatriz Sarlo, resumen de la nota en revista Noticias.
La intelectual del año afirma que el llamado “relato” es ya un lugar común hipnótico, y le apunta a un discurso que pretende organizar el campo de los buenos y los malos. |
La Presidenta llama a estas operaciones “relatos”. Dicho de manera más sencilla, fue la organización de una serie de argumentos.
Dispositivos en red
A fin de esquivar la palabra “relato” usada a troche y moche (desde Cristina Kirchner a Florencia Peña), algunos describimos, entonces, un conjunto de dispositivos, que no responden a una dirección central pero cooperan en red: simbología de los actos públicos, canciones, videos y films, programas de televisión, artistas populares devenidos kirchneristas y una expansiva plataforma de medios público-estatales, además de los innumerables blogs, las páginas en Facebook, las cuentas de Twitter y los comentaristas aficionados o rentados (hay versiones en todos los sentidos) que hacen militancia virtual en los foros de los diarios.
El peronismo fue un movimiento fértil en historias movilizadoras, narraciones morales y políticas para uso escolar y popular. La mejor de ellas, la más persuasiva, La Razón de mi Vida, ofreció a centenares de miles de argentinos un argumento que explicaba de qué lado estaba el saber y la estrategia (el general Perón); de qué lado estaban los afectos y la disposición al sacrificio (Eva Perón y el pueblo); y de qué modo uno y otros se necesitaban para fundirse en la totalidad que producía una transformación milagrosa. La lealtad y la incondicionalidad eran las virtudes cardinales.
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