martes, 31 de marzo de 2009

De procesos, procesitos y procesistas



Por Facundo Peñaloza

En la Casa de Gobierno arrecian las versiones sobre la suerte de los que se van y los que se quedan el la planta baja del Palacio de Tribunales. La consigna estaba dirigida para los cinco que ofician de jueces de Crimen y que a la fecha se encuentran sin acuerdo, es decir que estaban designados de “upa”. 

¿Por más de cuatro años? “Si señor. Y no le han mentido”, me respondió un señor que pasaba por el despacho del juez de turno.

Dicen que el viernes a última hora ya había presentado su renuncia uno de los integrantes del clan “nepótico”, el tan cuestionado y “subordinado”  “Shela” Jorge, a cargo del juzgado de Crimen de quinta nominación. 

La verdad, dicen que desde hace tiempo le vienen pidiendo la renuncia al ex integrante del proceso 76, atento las desprolijidades observadas en ese despacho. 

Como se recordará, el renunciante magistrado integraba la jefatura de asesores del Consejo de Educación en las épocas de don Cesar Fermín Ochoa. Durante estos últimos cuatro años, como juez, nadie le decía nada porque estaba sostenido por su pariente el ministro de Justicia (¿?) y  Derechos Humanos (¿?), Ricardo Daives.
 
Para las próximas horas se esperan otras renuncias que son interpretadas como “rajes” y, el que seguiría en la lista de cesanteados figura el juez de tercera nominación –también pariente de Daives- Jorge Salomón. Ese despacho ya tiene nuevo dueño: el ex defensor del Pueblo, Darío Alarcón, amigo personal del gobernador Gerardo Zamora.

A su vez, el juez del Crimen de primera nominación, el añatuyense Gustavo Herrera (hombre del vicegobernador Ángel Niccolai), tiene otras aspiraciones. Si bien no quiere estar “ni un minuto más” en el juzgado de Instrucción, ambiciona una vocalía en una cámara de apelaciones en lo Criminal y Correccional. Habría exigido: “Si no me designan en un tribunal de apelaciones, me voy a mi casa”.

Los que no tienen objeciones, al menos para el gobernador Zamora, son los jueces de segunda nominación, Abelardo Basbús y de cuarta nominación, Ramón Tarchini Saavedra. 

“El caso Llinás”

Hablando de proceso, de procesitos y de procesistas,  se supo también que el electo diputado Raúl Lorenzo, al otro día de su asunción, pidió audiencia con el gobernador Zamora y, sin ponerse colorado, le pidió un candidato de su sector para la lista de diputados nacionales; que todavía no se conformó.

-“¿Queeeeé! ¿Me estás cargando?”, habría expresado el “mandamás”. 

Lo que viene a confirmar la nota publicada en “Arena Política” respecto del alzamiento de los cuatro diputados del sector “colectora”.

Dicen que este entredicho abortó la inminente designación del abogado Juan Llinás (cónyuge de la diputada recién asumida Mabel Matheu de LLinás) al frente del Tribunal de Cuentas de la provincia. 

- “Muchito te lo iba a durar”, recuerdan que solía decir el finao’ “Deyes” cuando se enteraba de noticias como esta.

Claro, es que los colaboradores de Zamora empezaron a preguntarse:

“¿Éste Llinás no era el que asumió como director del Registro de la Propiedad del gobierno de la dictadura militar encabezada por el general César Fermín Ochoa?”  

Por supuesto, es el mismo. Por ello, menos mal que Zamora no lo designó porque si se entera el compañero Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos de la Nación, de inmediato inicia las denuncias pertinentes ante el juzgado Federal.

No hay comentarios: