sábado, 25 de julio de 2009

Después de Verónica, que se vayan todos de la policía


En San Luis ejercía la prostitución y, como no debe extrañar a nadie, revoloteaba en el submundo puntano. La noche, el sexo y el alcohol la vincularon con gente de bien y también con sujetos de baja calaña. Fue así que Verónica Vanesa Apez Muñoz (quien ahora cuenta con 26 años), de pronto apareció sospechada, detenida y procesada por un crimen que investigó la policía de San Luis.

La joven y agraciada Verónica Apez estuvo encarcelada en 2002 y fue procesada por encubrimiento el asesinato; hecho que ocurrió el 28 de agosto de aquel año en el barrio Puertas del Sol, en la capital puntana. Quedó libre luego del juicio oral.

Se vino a Santiago con toda su familia. Durante el gobierno de Gerardo Zamora, cuando se abrieron las puertas de la policía a las mujeres, la chica puntana se inscribió y fue designada como agente, destinada al Comando Radioeléctrico, en el 2007. Por ser linda y continuar con sus mañas de siempre, mantuvo relaciones íntimas con compañeros, suboficiales, oficiales y jefes de la policía santiagueña; tanto que generó revuelos, celos y hasta una interna entre quienes se disputaron y se disputan su envidiable físico. Vivió una vida plena de placer, tanto que posó desnuda y se animó a “colgar” en Internet fotos con sus desnudos.

Allí se inició su caída. Alguien, (un celoso, casi con seguridad), le “hizo una cama” y distribuyó por correo electrónico sus fotos eróticas y recordó su pasado por tierras puntanas al descubrir sus fotos en un portal pornográfico.

Lo cierto (y preocupante) es saber cómo hizo una jovencita con esos antecedentes policíaco-judiciales para ingresar a la policía santiagueña.

Sencillo. Hagamos memoria rapidita. Todos los trámites para ingresar estuvieron a cargo del Ministerio de Gobierno, conducido, justamente, por José Emilio Neder y sus “cerebros” de las autodenominadas “Bases Peronistas”.

¿Cómo fue, entonces, que “Vero” pasó de prostituta y procesada por encubrir un crimen en San Luis, a policía uniformada en la policía de Santiago del Estero

Neder tuvo, en los casos de nombramientos de policías (chicos y chicas) a una de sus “principales espadas”, la señora Nora Mercado (hoy diputada provincial por el sector peronista “Bases Peronistas”), quien, coincidentemente, tiene a familiares directos que se desempeñan en sectores decisivos de institutos policiales.

Los aspirantes, luego de presentar toda la documentación pertinente, debían pagar 2.000 pesos a la “colaboradora” de Neder si es que querían obtener el nombramiento. Sin ninguna duda, “Vero” fue una de las que tuvo que pagar tamaño peaje para poder vestir el uniforme de la “prestigiosa policía zamorista”.

Ahora, comprendamos, por qué la chica de San Luis logró que todo el mundo del Poder Ejecutivo mirara para otro lado a la hora en que había que solicitar y examinar su prontuario (o antecedentes personales). Hoy, los santiagueños estamos conectados con la red nacional y, si nos disponemos, en pocos segundos accedemos a “la ficha” de cualquier persona.

Al peaje que tuvo que pagar “Vero” a la “colaboradora” de Neder debemos añadir otros “favores” que seguramente tuvo que realizar a uno o más funcionarios que se encargaron de gestionar, avalar y empujar su expediente para nombrarla.

Pero este gobierno nos tiene acostumbrados a desaguisados y delitos de toda laya. En el Penal de Varones se asesinaron a 39 presos. Una vacuna experimental aplicada por médicos pagados por el Estado provincial (hospital de Niños) mató a más de una docena de chicos provenientes de barrios y parajes pobres. Un empleado de Rentas, por denunciar, fue convocado a Delitos Económicos de la policía, torturado, asesinado y arrojado en un baldío. El Ministerio de Gobierno orquestó una licitación objetada por todos los órganos de contralor, pero igual hizo firmar el decreto mediante el cual se adquirieron pistolas y cargadores con destino a la policía, pese a que la “empresa” proveedora no existe y que el presta nombre fue un remisero designado por un acreedor (realmente beneficiado con dos millones y medio de pesos) del ministro Neder. Hace días se murió un preso y el otro se debate entre la vida y la muerte en un incendio en el calabozo de la comisaría de Campo Gallo, por lo que los vecinos incendiaron parte de la seccional.

Y ahora, el caso de “Vero”.

¿No habrá llegado la hora que se vayan todos de la policía, llevándose a ministros jefes policiales ineptos y robadores?

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